
Visitas de cortesía por el nacimiento de un bebé
Hay que establecer, en primer lugar, el grado de cercanía o parentesco con la mujer que acaba de ser mamá para saber cuándo se puede ir a visitarla
Visitar a una madre y a su hijo recién nacido
Dar a luz en casa es una práctica que apenas se da en las grandes poblaciones urbanas y que disminuye cada vez más en los núcleos rurales, a medida que aumentan las instalaciones sanitarias de esas zonas.
Actualmente, se va extendiendo a prácticamente toda la población la cobertura del parto en clínicas y hospitales. Pero aunque se tenga el niño en casa o en un hospital, las reglas de la buena educación serán válidas en cualquier caso.
¿Cuándo es correcto realizar una visita a la madre para conocer su estado y el del recién nacido?
Hay que establecer, en primer lugar, el grado de cercanía o parentesco con la mujer. No es lo mismo un compañero de oficina que su propia madre o hermana, por ejemplo. Si bien es cierto, que hoy en día, salvo complicaciones en el parto, el tiempo de permanencia en un hospital o clínica es muy reducido; como regla general, salvo propio deseo de la madre, es que las visitas se posterguen para un momento posterior al de la salida de la clínica, hospital...
Una forma de no molestar y cumplir con su compromiso es enviar unas flores (cuidado porque en muchos hospitales ya no se admiten) o un simple telegrama a la madre -hoy en día será más sencillo mandar un mensaje de móvil/celular o un correo electrónico-, dándole la enhorabuena por el feliz acontecimiento y deseándole una feliz recuperación. También en algunas ocasiones es posible enviar una tarjeta de felicitación anunciando una posterior visita personal a su domicilio.
No perturbar el descanso del bebé y de la madre
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Hay que tener en cuenta que tanto la madre como el recién nacido necesitan descansar y las visitas pueden llegar a ser molestas. Por eso es mejor esperar unos días después del parto para realizar una visita en la propia casa de la feliz mamá.
Si desea hacer una visita, es correcto informarse con anterioridad sobre el estado de salud de la reciente madre, y del deseo de la misma de recibir o no visitas. Incluso en algunos casos es correcto hacer una llamada previa para saber si sería inoportuno realizar una visita. Es una manera más directa de informarse, pero también más comprometida para la madre que tiene que decidir qué hacer y qué decir.
¿Llevamos un regalo? ¿Para la madre o para el bebé?
Cuando realice la visita personal, es correcto llevar algo para el recién nacido. Un detalle que dependerá de su presupuesto, de su relación con la familia, etcétera. Son habituales los sonajeros, medallitas, sujeta chupetes... así como cualquier prenda de ropa para el bebé. A la madre le pueden regalar flores, un libro, unos dulces o cualquier otro capricho, sobre todo si conoce los gustos de la madre.
La visita no debe ser larga (no debería superar los treinta minutos) y menos si está recién incorporada a su vida diaria en su domicilio después de su estancia en el hospital o clínica. También hay que hacer la visita a una hora razonable tanto para la madre como para el bebé. Evitar las horas en las que la madre tiene que darle el pecho o el biberón, así como las horas en las que la madre descansa.
Durante la visita y la conversación deben evitarse los halagos excesivos o exagerados (del tipo: es el niño más guapo que he visto nunca, es el más hermoso del mundo, etc.) y tampoco son correctas las comparaciones con otros niños de amigos o familiares comunes.
A la madre también le puede hacer algún comentario positivo sobre su aspecto, pero sin exageraciones. Evite cualquier tipo de crítica negativa sobre la madre o su hijo recién nacido. Tampoco es correcto, ni apropiado realizar preguntas demasiado personales o íntimas sobre cuestiones del parto que solo le incumben a ella y a su marido/pareja.
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