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Las niñas y la buena educación en los viajes

En los viajes hay que saber comportarse para no molestar a los demás viajeros que comparte medio de transporte con nosotros

Cartilla moderna de urbanidad para niñas
Se lee en 3 minutos.

Los viajes. La niña bien educada.
Urbanidad. Los viajes. La niña bien educada.

Los buenos modales en los viajes para ser un niña bien educada

Aquella urbanidad

1. ¿Cómo se porta la niña bien educada en los viajes?

Procurando ser en todo momento la gloria y la corona de sus padres, y demostrando que han logrado darle una completa y exquisita educación.

2. ¿Qué reglas observa más particularmente la niña bien educada en los viajes?

Primera. No molestar a nadie en ningún momento y por ningún motivo.

Segunda. Soportar con paciencia y disimulo las muchas incomodidades y sacrificios que en los viajes son inevitables.

Tercera. No abusar de la condescendencia de unos ni tratar a otros con demasiada franqueza.

3. ¿Quiénes son las niñas que más molestan en los viajes?

Primero. Las caprichosas que van, vienen, interrumpen, preguntan, chillan, etcétera, sin ton ni son.

Segundo. Las egoístas, que quieren que todos se ocupen de ellas, que las escuchen y que las alaben.

Tercero. Las regruñonas que de todo se quejan.

4. ¿Cómo se porta la niña bien educada cuando viaja, en lo tocante a preguntas y respuestas?

Cuando algo le preguntan contesta lo mejor que sabe y muy amablemente, pero no se atreve a hacer pregunta alguna a gente extraña.

5. Y en lo tocante a los saludos, ¿cómo se porta la niña bien educada?

Se descubre y saluda al entrar en el departamento del tren o el coche, al terminar el viaje, y siempre que entra o sale algún viajero.

6. ¿Con quienes guarda mayores consideraciones?

Con sus papás, a los cuales procura complacer siempre siendo obsequiosa, atenta y muy obediente.

7. ¿Cómo se porta en los tranvías y demás vehículos?

Con gran corrección y observando siempre los principios de la buena crianza cederá el paso a las personas dignas de respeto y consideración.

La ancianita y la moneda en el suelo

Sucedió el verano pasado en la estación de Miranda, que una ancianita iba pidiendo limosna. Un señor que viajaba en tercera, le dio una pieza de 10 céntimos, pero se cayó al suelo y la ancianita no la acertaba a ver. La hija de aquel señor caritativo le dijo entonces:

-¡Señora!, mire los diez céntimos; están aquí junto a este bulto.

Un señor extranjero que estaba en el vecino coche de primera, quedó muy admirado del proceder de aquella niña; durante el viaje habló con su papá, que era un empleado de poco sueldo, y le dijo:

"Me ha gustado mucho el comportamiento de su hija, y la cortesía que ha tenido con aquella pobrecita vieja, llamándola señora y todo. He venido a España para que mi hija la recorra toda y aprenda el español. Me gustaría tener una señorita bien educada que fuera su compañera de viaje".

Los papás se entendieron, y así fue como Matilde Salinas, de solo diez y seis años, pasó cuatro meses deliciosos e instructivos, parando en los mejores hoteles y visitando todo lo principal de España, en compañía de una familia que la trató como a una hija muy querida.

Los viajes.
Urbanidad. Los viajes.

 

Los viajes. La niña bien educada.
Urbanidad. Los viajes. La niña bien educada.

 

Los viajes. La niña mal educada.
Urbanidad. Los viajes. La niña mal educada.

 

 

Nota
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