Llamar la atención, recriminar, reñir... ¿En público o en privado?
Cuando alguien está molestando, cuando comete alguna equivocación o cualquier otro hecho similar, esta actuación puede ser motivo de reprimenda o, al menos, objeto de una recriminación.
Amonestar o reprender a otra persona.
Es una de las muchas facetas de la vida de una persona el enfadarse e incluso discutir con otra persona, cuando alguien está molestando, cuando comete alguna equivocación o bien por cualquier otro hecho similar. Una actuación incorrecta puede ser motivo de reprimenda o, al menos, de una recriminación. Este tipo de actuaciones deben ser resueltas de la forma más civilizada posible y siempre en el ámbito más privado que sea posible. Algunas pautas a tener en cuenta podrían ser las siguientes, entre otras:
1. Empleados. Si alguno de sus empleados comete un error, no se lo reproche en público ni delante de otros compañeros. Es mejor hacerlo en privado y a solas, en su despacho o en otro lugar donde puedan estar solos. Hacer un reproche de forma pública no es muy adecuado, ni tampoco demasiado instructivo.
2. Servicio. Si alguna persona del servicio cae una bandeja o fuente, rompe alguna cosa, le raya su mueble favorito o tiene cualquier otro tipo de percance, no le grite ni le reprenda delante de sus visitas o delante de otras personas. Espere a que se vayan o bien charle con él en otra habitación para valorar la situación. De la misma manera si le ocurre algo similar en un establecimiento público, no la tome con el dependiente, el camarero, etc. Muestre su disconformidad de forma discreta y tranquila, a solas con el empleado o con sus jefes o superiores.
"Una persona educada no debe reñir o recriminar en público"
3. Los niños. Cuando los niños trastean, suelen ocurrir percances. También, cuando tienen mal comportamiento suelen ser objeto de una buena reprimenda. No debe reñirles delante de otros niños o delante de sus visitas, familiares o cualquier otra persona. Estas cosas quedan para el ámbito privado. No debe confundir el reñir con el llamar la atención. Si es correcto llamarles la atención cuando tienen un mal comportamiento o están haciendo algo que no deben y que puede terminar en algo peor.
4. Lugares públicos. Si una persona le molesta en el parque, en el autobús, etc. no monte un escándalo. Trate de razonar y hacerle comprender su error. Si la cosa se complica, puede recurrir a la autoridad competente -encargado, revisor, jefe de zona, etc.- o bien a las fuerzas del orden público. Usted no debe enzarzarse en una riña o en una bronca.
5. Vecinos. En algunas comunidades, o en determinados momentos, las relaciones con algunos vecinos pueden ser difíciles. Trate de arreglar sus problemas de forma educada y civilizada. Si aún así no lo logra, no monten discusiones cada vez que se ven en el portal o se cruzan en la escalera. Y menos aún cuando hay más vecinos delante, poniéndoles en un violento compromiso. Si la fuerza de la palabra no es suficiente pueden recurrir a la fuerza de la ley, pero nunca a la fuerza física. Hay unas mínimas normas de convivencia que no deben romperse.
Paciencia y prudencia.
Cualquiera que sea la situación en su trabajo, en su casa, en el colegio, en una tienda, en un hotel o restaurante, en la calle, etc. por nada del mundo se deje llevar por los nervios ante una situación comprometida e incluso adversa. Debe saber mantener sus nervios bien templados y no saltar como un resorte. Perder los nervios y los modales solo agravarán la situación.
El objetivo de reñir o reprender a una persona es corregir un comportamiento o acción que no ha sido correcta. Enseñar a hacer bien las cosas o enseñar a tener un buen comportamiento no significa poner en ridículo a nadie delante de los demás. Por eso mejor, en privado.
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