
Los piropos. ¿Dónde están los límites en la sociedad?
En qué momento se pasa de un halago en un piropo a un acto delictivo en esta sociedad en la que solo vemos peligros por todos los lados
PopSugar
El piropo: ¿alabanza o grosería?
Expresión de admiración, halago o elogio
Aún recuerdo, y no hace tanto tiempo de eso, cuando las bellas mujeres o incluso si me apuras, no tan bellas, caminaban por las calles de nuestras ciudades y los piropos surgían a sus pasos. Muchas veces muy bien recibidos, y otras, en las que las féminas se hacían las ofendidas y al terminar de pasar por donde se había dicho esa picardía española, sonreían para sus adentros, con sonrisas de beneplácito.
En eso consistía y consiste, pues aún quedan gente que los dice, la sátira y picardía en España desde siglos ancestros. En el fondo, quizá nos moleste, que queden pocos de esos, que cuando caminabas por la calle, te soltaba un "Ole ese cuerpazo" o te silbara. También estaban los que se iban por tabaco y no volvían.
Ahora resulta que semejante acto nacional, según que partes o agrupaciones, son ofensivos. Señores. Hablamos de piropos. No de impropicios, que también de haber los hay y a raudales. Pero ahí estamos para saber diferenciar una cosa de la otra. Eso es como la moda actual de no tocar a los hijos ni para sacudirles el polvo. Pero bueno, señores y señoras. ¿A dónde vamos a ir a parar?
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Mi madre no me ha dado rapapolvos, me ha zapatillado. Y no. No soy una niña traumatizada, ni asesina porque mi madre o padre me maltratara. Ni una inútil por estar dañada por algún bofetón o zapatillazo, o incluso si me apuran, escobazo... No confundamos tocinos con velocidad. Ni dar un bofetón a tiempo, crea o educa asesinos e inútiles, ni por oír un piropo, que no impropicio, es acoso sexual.
Revista Habla
Estamos llegando a unos límites que metemos todo en la misma bolsa, sin saber diferenciar. A ver, si pasamos por una obra, y alguno de los jubilados que ejercen de ingenieros en ellas nos dicen un piropo, y los denunciamos por viejos verdes. Tengamos conciencia de los hechos. Todos sabemos diferenciar entre un sopapo y un maltrato y entre un piropo provocador, y algo malsonante que sale de la boca de algún salido. Creo que deberíamos volver a la escuela, para que nos volvieran a enseñar las diferencias entre las cosas.
Yo propongo, que vuelva Barrio Sésamo, pues yo con Coco aprendí mucho. "Esto es cerca. Eso es lejos. Esto está bien. Eso está mal...". Quizá la culpa sea de que me he quedado anticuada o soy de la generación de la EGB o quizá estamos llegando a crear una sociedad en la que solo vemos peligro en todo. Gracias por la atención prestada y hasta otro rato. Ahí dejo mi humilde opinión, para quien quiera responder, atacar o apoyar. Yo, lo admito todo con coherencia y saber estar.
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