Etiqueta en un vuelo privado
Los vuelos privados, habitualmente, son utilizados por ejecutivos y personas que deben desplazarse de forma rápida sin esperas ni demoras
Buenos modales en un vuelo privado
Los viajes en avión se han popularizado en los últimos años gracias, entre otros factores, a las compañías de bajo coste. Hoy en día tomar un avión o hacer un crucero, está al alcance de muchas más personas que hace unos cuantos años. Pero no solo este tipo de viajes empiezan a estar al alcance de muchas personas, sino que hay compañías que alquilan aviones para vuelos privados.
Normalmente, los vuelos privados son utilizados por ejecutivos y personas que deben desplazarse de forma rápida sin esperas ni demoras. También por grupos de personas que vuelan a un destino determinado, para un evento en concreto. Las tarifas de los vuelos privados son bastante asequibles cuando se cubren todas las plazas, teniendo un coste por persona bastante razonable.
Como en cualquier otro tipo de transporte, para tener un vuelo agradable, hay que seguir unas mínimas normas de etiqueta, aunque se trate de un vuelo privado.
1. Puntualidad: el vuelo tiene que salir a su hora
La puntualidad siempre es importante, pero en este caso es fundamental, debido que los aviones tienen una hora de salida determinada. Si no lo hacen a tiempo pierden "la pista" teniendo que posponer el vuelo hasta... no se sabe cuándo. También puede trastocar los planes de la compañía que tendrá otros vuelos contratados y no puede retrasar sus programaciones. Sea puntual.
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2. Alimentos que se puede tomar en un vuelo privado
Suele ser habitual que en el avión se disponga de algunos avituallamientos básicos. Debe recordar que no es un vuelo comercial en el que hay preparados menús e incluso artículos para la venta. Es correcto, por lo tanto, llevar su propia comida, bebida o cualquier otro tipo de alimento, siempre siendo prudentes con lo que se lleva y cómo se lleva. En muchos casos, puede ser que la propia empresa ponga a su disposición, de forma opcional, un servicio de catering o similar. Lo indicará en sus tarifas de servicios.
3. Fumar en un vuelo privado
Normalmente estará prohibido fumar, pero no siempre. Al ser un vuelo privado, y si la compañía lo autoriza, será una cuestión de los propios pasajeros y el personal de vuelo, el permitir fumar o no. Puede solicitar información a la compañía si tiene algún tipo de restricción a este respecto.
4. Equipaje: maletas y equipaje de mano
Salvo circunstancias excepcionales, estos viajes suelen ser rápidos y con fines de negocios o de ocio, pero para estancias cortas, por lo que el equipaje suele componerse de pocos bultos. Un maletín o bolsa de viaje, generalmente. Si viaja con mucho equipaje será mejor consultar, con anterioridad, si hay algún tipo de inconveniente con respecto al tamaño y al peso. De igual manera, deberá consultar, si es un viaje de empresa y llevan productos como muestras, pedidos o cualquier otro número importante de bultos o cajas.
5. Pasajeros y sus mascotas
En vuelos no comerciales, utilizados para el ocio suele ser habitual el que algunas personas quieran viajar con sus mascotas. No todas las compañías las admiten. Deberá consultar esta cuestión antes de embarcar a un animal en el avión. Si las personas que viajan con usted no lo saben, también debe informarles de ello, por si tienen alguna objeción.
6. Personal de vuelo
El personal de vuelo suele ir incluido en el precio del alquiler, pero cuidado que no todas las compañías lo hacen. Debe asegurarse bien sobre las cosas que incluye el alquiler del vuelo. El trato con el personal de vuelo debe ser cordial y educado. Si hablan de negocios o cuestiones importantes, pueden pedir que se retiren durante las conversaciones. El personal de vuelo es un servicio de la compañía aérea, pero no son sus empleados. Téngalo en cuenta.
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7. Compañeros de viaje
Tanto si son un grupo de ejecutivos, como si son un grupo de amigos o familiares, etcétera, el espacio de un avión privado suele ser muy reducido y hay que compartirlo durante algunas horas. Hay que saber convivir, tener cierta tolerancia y paciencia con los demás pues cada persona es diferente, siempre que los comportamientos sean educados y 'normales'. Tampoco la buena educación es un pasaporte para soportar los comportamientos poco cívicos, groseros o maleducados de otras personas. Todo tiene un límite.
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