Invitados adicionales.
Solo en una visita muy informal nos podemos dar el lujo de preguntar si nos es permitido llevar alguna persona adicional.

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Es de muy mal gusto, cuando se nos extiende una invitación de cualquier tipo, ya sea una cena, un buffet, un cóctel, o demás, el llevar a otra persona que no sea de la familia inmediata. Solo en una visita muy informal nos podemos dar el lujo de preguntar si nos es permitido llevar alguna persona adicional. El mero hecho de hacer la pregunta a nuestra anfitriona ya resulta de mal gusto, pues esto la pondría en una situación muy embarazosa y difícil.
Casi ninguna persona se sentirá con la confianza suficiente como para ser franca y responder con una negativa, y explicar sus razones para no desear un invitado adicional. Por lo general la anfitriona se limitará a acceder: "Si, puedes traer a tu vecina", o "Sí, puedes traer al papá de tu esposo" ... aunque este hecho le cause transtornos inesperados y gastos adicionales.
Es muy posible que no tenga suficientes asientos para acomodar un grupo mayor del que esperaba, o que no haya preparado suficientes cubiertos o suficiente cantidad de alimentos o bebidas para un grupo mayor.
No obstante, un buen anfitrión deberá contar con la posibilidad que surjan ciertos imprevistos y tendrá que saber como salir al paso de estas situaciones inesperadas.
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Solo hay que poner un poco de atención para que tus invitados se encuentren cómodos y a gusto en tu casa
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Aunque tengamos mucha confianza con nuestros invitados debemos procurar tener la casa bien preparada para recibirlos: limpia, ordenada, bien arreglada...
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Puede organizar una barbacoa, una merienda e incluso una velada a la luz de la luna si cuenta con es pequeño espacio como una terraza o un jardín
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No podemos hacer esperar a nadie, ni a los anfitriones ni al resto de los invitados. Es de muy mala educación
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Una persona amable es aquella que escucha con una sonrisa lo que ya sabe, de labios de alguien que no lo sabe
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La sonrisa, es la luz de nuestro rostro, la que nos abre muchas puertas, la que genera aptitudes positivas y la que nos alisa el camino para llegar a los demás
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Cuando nos sentamos a la mesa, lo primero que debemos hacer es mover la silla, sin arrastrarla
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No es correcto abusar de la cortesía de los anfitriones y aprovechar su buena fe para evitar tomar platos que no le gustan sin tener ninguna razón importante para ello.
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No hay que forzar los modales. Hay que ser educados y elegantes, pero sin hacerse notar ni tratar de llamar la atención











