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J. EL CÓDIGO DE LA CIVILIZACIÓN REFLEXIVA: Autoavuda y cuidado del Yo. IV.

Autoayuda y cuidado del yo. La civilizaciópn del conocimiento.

La civilización del comportamiento. Urbanidad y buenas maneras en España desde la Baja Edad Media hasta nuestros días
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La literatura de autoayuda se desarrolla inicialmente en los Estados Unidos tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial aunque su momento de expansión definitiva sea a partir de 1980 (Rose, 1990:213; Rapping, 1996:127). Sus antecedentes más inmediatos los encontramos en los best-seller de orientación psicológica relativos a problemas y comportamientos sexuales publicados a finales de los sesenta y durante la década de los setenta (Nota: De entre ellos, al más leído y quizá más popular fue "Human Sexual Response" de Masters y Jonson, publicado en 1966. Cfr. Rapping (1996:129)) que tenían en las revistas femeninas su correlato abreviado. Así pues, es Estados Unidos el foco irradiador de este tipo de literatura hoy ya ampliamente difundida en todo el mundo occidental. La extensión de la literatura de autoayuda guarda una estrecha conexión con la revitalización de la psicología, más que como disciplina académica, como saber informal -ora trivializada, ora popularizada- en la vida cotidiana.

La revitalización de la psicología ha llevado a diferentes autores a hablar de cultura psicológica (Béjar, 1993:171-172); cultura terapéutica (Rose, 1990:xii); del triunfo de lo terapéutico (Rieff, 1966) o de la psicoterapia como fenómeno cultural (Bellah, 1989:154). Es en este marco de revitalización de la psicología y de elementos ligados a ella como la psicoterapia donde se inserta el desarrollo de la literatura de autoayuda. Las explicaciones en torno a esta revitalización de la psicología y la popularización de sus contenidos son de variado pelaje. Bellah entiende que el debilitamiento de las referencias vitales tradicionales -civismo y religión- ha abierto el espacio para la psicología y las múltiples variantes de terapia que propone a la hora de encauzar la trayectoria vital de las personas. A su juicio, también existe una conexión entre esa revitalización y el desarrollo de la economía de mercado: la terapia enseña a negociar y a llegar a acuerdos en las relaciones interpersonales de modo análogo a los acuerdos y negociaciones que se establecen en el sistema económico del mercado (Bellah, 1989:154-160). Rieff identifica dicha revitalización con la secularización y el debilitamiento de los patrones morales que ofertaba la religión tradicional. Así, psicología y terapia intervienen para ofrecer a la persona una guía mínima de funcionamiento en sociedad cuando la religión es incapaz de convertir en vinculantes sus orientaciones (Rieff, 1966:25-28). Rose -en clave netamente foucaltiana- conecta el auge de la psicoterapia con el desarrollo de tecnologías políticas de la individualidad; tecnologías que las autoridades ponen en marcha al entender que es necesario y deseable educar al ciudadano en técnicas de autogobierno (Rose, 1990:217). Por tanto, el poder y la presencia de la psicoterapia descansaría en su capacidad para ofrecer medios para la regulación de la personalidad en consonancia con las políticas contemporáneas (Rose, 1990:257).

Béjar afirma sin ambages la vigencia actual de una cultura psicológica que como poderoso agente de cambio se ha convertido simultáneamente en religión, moral, filosofía y estilo de vida (Béjar, 1993:171-172). Giddens entiende la revitalización de la psicología y la terapia como un fenómeno típico del carácter reflexivo de la modernidad (Giddens, 1997:10). MacIntyre, al hablar del emotivismo moral como doctrina ética característica de nuestro tiempo señala al psicoterapeuta como uno de los personajes clave del universo emotivista responsable, en parte, de la transformación de los juicios morales en expresiones de preferencias, actitudes o sentimientos (MacIntyre, 1987:48-49). Por último, Gergen alude a la extensión del vocabulario psicoterapéutico por todo el universo social como vocabulario que emplean frecuentemente las personas para entenderse a sí mismas (Gergen, 1992:34).

A pesar de las divergencias y variedad de interpretaciones, lo que sí coinciden en señalar todos estos autores es la creciente presencia de la psicología y la terapia en la vida de las personas. Al amparo de dicha presencia se desarrolla la literatura de autoayuda. Ésta se apoya total o parcialmente en diferentes tipos de psicoterapia, ya sea en sus variantes gestalt, conductual, humanista, psicoanalítica o dinámica. Toma de ahí diferentes vocablos, nociones y conceptos que debidamente adaptados serán trasladados a las publicaciones de autoayuda (Rose, 1990:213). La extensión del vocabulario psicoterapéutico alcanza todos los ámbitos de la vida individual y social y de este modo palabras como autoestima, control exterior, depresión, represión, agotamiento psíquico, obsesión compulsiva, crisis de identidad, trastornos afectivos o crisis de madurez son de uso habitual por la persona para caracterizar su estado de ánimo, su carácter o su coyuntura individual (Gergen, 1992:34). En ámbitos profesionales como el de la enfermería, el asesoramiento académico y la orientación escolar, los recursos humanos, el trabajo social o la mediación social este vocabulario también es empleado asiduamente (Rose, 1990:214). Por descontado, dicho vocabulario también es utilizado en la literatura de autoayuda.

La conexión de la literatura de autoayuda con la psicología y la psicoterapia es tan estrecha que a) los propios autores se dedican a pasar consulta y a tratar a sus pacientes además de escribir libros y b) que algunos de estos libros resultan textualmente organizados como si de una sesión de psicoterapia se tratase (Nota: Es el caso del best-seller de autoayuda "Tus zonas erróneas", una de las publicaciones que he elegido para mi análisis. Señala literalmente el autor refiriéndose a la estructura de su libro que ésta "[...] corresponde exactamente a la de una sesión de psicoterapia; es decir, un estudio del problema y su exteriorización, un examen del comportamiento negativo: una percepción (insight) profunda del porqué del comportamiento; y por último, la formulación de estrategias concretas que eliminan la zona conflictiva". Dyer (1978:16)).

A pesar de que he intentado delimitar con la mayor precisión posible el género de la autoayuda, sus fronteras no son fácilmente remarcables. Ligado a este tipo de literatura aparecen publicaciones sobre pensamiento oriental, medicinas alternativas, control corporal y mentalismo que presentan algún tipo de afinidad con la autoayuda y que desde luego pueden ser empleadas por los lectores como guías de referencia psicoespiritual. Incluso, un tipo de literatura como la que publica el escritor brasileño Paulo Coelho, libros de éxito arrollador a escala planetaria, también podrían ser interpretados desde la perspectiva de la guía psico-espiritual. Un caso reciente y significativo afín a la literatura de autoayuda es el éxito de ventas y público Más Platón y menos Prozac de Lou Marinoff. No es éste estrictamente un libro de autoayuda. Por lo menos, el autor huye de cualquier calificación en este sentido y es abiertamente crítico con aquel género. Lo cierto es que no resultaría precisa su inclusión en la misma categoría de las publicaciones anteriormente presentadas. Literalmente, tal y como lo expresa Marinoff, es un libro de "asesoramiento filosófico" (Marinoff, 2001:19). Es decir, sirviéndose del pensamiento de filósofos clásicos y contemporáneos, se ofertan un conjunto de argumentos que sirvan al lector como marco de referencia a la hora de tomar decisiones, afrontar situaciones complejas o alcanzar un estado de sosiego espiritual. Aunque se trate de "asesoramiento filosófico", la lógica implícita de esta obra es afín a la de la autoayuda: se confía en la capacidad del lector para que a partir de los contenidos y herramientas contenidos en la obra, construya un programa de gestión psíquica y conductual con el propósito de lograr una vida plena y satisfactoria. El autor desarrolla un método específico de asesoramiento filosófico que el lector puede hacer suyo: el denominado método PEACE, acrónimo de problema, emoción, análisis, contemplación y equilibrio.

El asesoramiento filosófico forma parte de una nueva corriente filosófica que a partir de Estados Unidos comienza a difundirse por otros países. Esta corriente de filosofía práctica está representada por dos grandes asociaciones: la American Philosophical Practitioners Association (APPA) y la American Society for Philosophy, Counseling and Psychotherapy (ASPCP). Lou Marinoff, además de profesor de filosofía en el City College de Nueva York, es presidente de la primera de estas asociaciones. Asociaciones de esta naturaleza existen en Alemania, Canadá, Eslovaquia, Finlandia, Holanda, Israel, Noruega y Reino Unido (Nota: Véanse Apéndices B y C de Marinoff (2001). En el momento en que escribo estas líneas no tengo constancia personal de la existencia de ninguna asociación de este tipo en nuestro país.).

Junto a Más Platón y menos Prozac, otro ejemplo de éxito masivo es ¿Quién se ha llevado mi queso? de Spencer Jonson (2000), el último hito en literatura psico-espiritual que, hasta donde tengo noticia, marcha ya por la trigésimo-tercera edición. Traducido a veintiséis idiomas, lo que comenzó siendo un libro inicialmente pensado y destinado a directivos de grandes empresas y a sus empleados (Nota: Existen pruebas de ese carácter empresarial con el que fue concebida la obra. El mismo autor ya había co-escrito junto a Kenneth Blanchard -prologuista de ¿Quién se ha llevado mi queso?- un manual de dirección empresarial (El ejecutivo al minuto). Además, ¿Quién se ha llevado mi queso? forma parte de la colección "Empresa Activa" de la editorial Urano.), es hoy de uso generalizado entre lectores que desean aprender a lidiar con un mundo en permanente cambio. Jonson, licenciado en psicología y doctor en medicina, construye una sencilla fábula protagonizada por dos ratones (Fisgón y Escurridizo) y dos hombres (Hem y Haw) en torno a un pedazo de queso del que van a alimentarse encerrados en el laberinto en el que viven.

 

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