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Entrevista a Félix Losada. Las Buenas Maneras tienen mala prensa.

Todo el tiempo estamos relacionándonos con los demás, en la calle y en casa, en el trabajo y en internet, donde todo nos pasa y nos pasa de todo.

Diario La Prensa
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El especialista español en gestión de relaciones, Félix Losada, mantuvo un diálogo exclusivo con La Prensa.

"Las buenas maneras tienen mala prensa".

Su libro "Protocolo Inteligente. Estrategias para vivir en sociedad" fue un éxito en España. El objetivo es lograr que la gente se conduzca por la vida sabiendo a dónde va y qué es lo que quiere. Claves y consejos para superar los problemas del día a día.

Vivir en sociedad puede llegar a ser un calvario. Todo el tiempo estamos relacionándonos con los demás, en la calle y en casa, en el trabajo y en internet, donde todo nos pasa y nos pasa de todo. Y a veces no tenemos ni la menor idea de cómo enfrentarnos al mundo porque no nacimos con una guía del usuario bajo el brazo. Y así, andamos boyando sin saber cómo resolver los conflictos que se nos presentan por la vida.

Prendemos el televisor y vemos que bastan cinco minutos de fama o un par de siliconas para lograr lo que uno quiere, que cada vez son más los casos de alumnos que agreden a docentes, que estamos cada vez más egoístas como sociedad, que la familia ya no es lo primero... y la lista sigue.

Félix Losada, es español, y especialista en gestión de relaciones, actividad en la que es uno de los mayores expertos, pero es también el autor de un libro que está rompiendo récords de venta en España: "Protocolo Inteligente. Estrategias para vivir en sociedad (P.I. = Protocolo Inteligente)".

De visita en Buenos Aires, La Prensa mantuvo un diálogo exclusivo con Losada quien aseguró que "cuando la gente es educada en que el principal valor es uno mismo, toda referencia al prójimo o sacrificio en función al prójimo, no existe" y consideró que "o construimos una sociedad con posibilidad de continuidad o llegamos al punto del reciclaje del que hablaba, Zigmunt Bauman" (N. de la R.: Sociólogo europeo, especialista en las consecuencias humanas de la globalización).

¿En que casos hoy estamos reciclando?

-En la economía de consumo somos un producto, y la sociedad de consumo está consiguiendo que hagamos "outsourcing" (sacarse de encima una responsalibidad) de todas nuestras responsabilidades familiares. Ayer veía un cartel en la calle de un jardín maternal que decía que admitía niños desde los 45 días hasta los cuatro años. Y me quedé petrificado pensando: "¿Cómo es posible que a los 45 días de vida alguien considere que tiene que dejar a su bebe a un jardín de infantes?" pues precisamente se trata de hacer outsourcing de todo lo que no sea productivo, entonces nos inventamos los asilos de ancianos, nos inventamos las guarderías. Si lo mirás desde el punto de vista de los productos es lógico, porque llega un punto en que a determinado producto hay que reciclarlo y cambiarlo por otro.

Recuperar los valores.

¿Qué se entiende por Protocolo Inteligente?

-Decía Ortega y Gasset que lo que ambiciona el hombre no es vivir, sino vivir bien. Y como lo que hacemos todo el día es relacionarnos, lo que tenemos que hacer es relacionarnos bien para vivir bien. Y eso significa relacionarnos con iguales y distintos, en circunstancias que favorecen y en otras que no, y para cada una de esas circunstancias tiene que haber una forma de actuar y conseguir así lo que ambicionamos: desde conseguir que a uno le sirvan el café como le gusta hasta una negociación empresarial, política o de cualquier tipo. El Protocolo Inteligente (PI) es una herramienta para conducirse en la vida en el campo de las relaciones que es lo que más nos ocupa en nuestras vida.

Pero no es un poco hipócrita el protocolo. Por ejemplo a mi no me cae bien una persona pero como quiero algo de ella lo pido con una sonrisa.

-Si me refiero al PI eso no es hipocresía eso es sabiduría vital para relacionarse con las personas. Hipocresía es un término que se usa en demasía y fuera de su término justo. La vida es una continua adaptación y uno desde que es bebe hace cosas para salir adelante, desde sonreirle a la madre cuando tiene hambre hasta la persona mayor que le pone una sonrisa al camarero cuando le pide un café. Eso es conectar con los demás para conseguir lo que uno quiere. Eso además debe estar presidido por unos valores en los cuales la persona es el centro y se considera el respeto a los demás, al cariño, la atención y la ausencia de violencia en las relaciones.

Usted menciona mucho la palabra valores para hablar de protocolo, casi la utiliza como sinónimo. ¿Protocolo es un valor o una buena manera?

-Las buenas maneras son la expresión de los valores. El protocolo es una normativa, hecha a partir de lo que la sociedad en cada momento determina bueno en las formas, pero profundizando, uno se da cuenta que lo que representa cada uno de los usos sociales son valores.

¿Por ejemplo?

-Cuando uno no cede el asiento a una embarazada o a un anciano de lo que carece no es de un hábito o de una norma que dice que si entra una embarazada o un anciano hay que levantarse como resorte de la silla, de lo que carece es de sensibilidad que le aporta el valor por la vida en sus más frágiles expresiones.

Todo ahora, todo yo.

Hay algún caso en el que no convenga usar el protocolo. Digamos, a veces no se conoce más a alguien sin protocolo.

-A veces cuando alguien se salta el protocolo es cuando mejor se le conoce. Vivimos en una sociedad en la que el elogio de la descontractura es evidente en la publicidad en la televisión. Todo lo que está armado es falso, hay un tema de valores también: qué valores se asocian con una imagen. En España, durante los años de la transición, apareció un gran diseñador, Adolfo Domínguez, con una línea de ropa basado en el lema: "La arruga es bella", fue un signo del elogio de la descontractura, salimos del traje armado con hombreras a uno todo arrugado, como si fuera de lino. Las buenas maneras tienen mala prensa.

Y eso tiene que ver con la sociedad en que vivimos porque estamos muy pendientes de lo que dicta el entorno ¿Esa influencia afecta el uso de los valores?

-Estamos permanentemente evaluándonos en relación con lo que la sociedad considera bueno o malo. Para ajustarnos a lo que la sociedad diga que es bueno o para ser distinto. Somos adultos viviendo como adolescentes, con la ambición de tenerlo todo permitido, de poder cambiar de opinión permanentemente, de que se te reconozca como distinto y único todo el tiempo. Todo ya, todo ahora, todo yo. Cuando lo importante de vivir en sociedad es estar conscientes de los demás.

Y este es un ejemplo que heredan los jóvenes.

-Sí y el problema con los jóvenes, por lo menos en España, es que están educados por personas que ya no recibieron una educación en este sentido. Cuando en los 70 se pierden los usos, se forma a una primera generación de educadores carentes de determinados elementos, esos son los que son maestros de los de ahora y se produjo una fractura en los valores desde hace dos generaciones.

Saber a donde vamos.

Un claro ejemplo de la presión del entorno.

-Así es, la presión social relacionaba eso con lo malo. La expresión mayor de libertad era "la arruga es bella". Ese es el gran cambio que ha habido en la sociedad a partir de los 70 y uno que ha sido educado para vivir en sociedades distintas de pronto dice: "Uy, ¿y esto cómo lo manejo?". Por eso hay que reaprender muchas formas de relacionarse.

¿Y qué se está enseñando hoy?

-Cuando la gente es educada en que el principal valor es uno mismo, toda referencia al prójimo o sacrificio en función al prójimo, no existe. Un joven profesional en España es gente que sigue viviendo en casa de sus padres, que no asume la responsabilidad de independizarse, que todo el sueldo se lo gasta en ropa y en viajar, y que no tiene ninguna responsabilidad sino que piensan que el mundo esta aquí para servirlos a ellos. Es desarmar generaciones para sobrevivir porque sobrevivir es bien complicado. Es injusto porque genera individuos desarmados para salir adelante y es injusto porque los jóvenes o van a pagar nuestra pensión o se la van a gastar.

Todo esto implica un cambio en la mentalidad de las personas.

-Claro, ese cambio en la mentalidad es lo que relaciono con "hacer sociales", yo elogio esa frase de los argentinos, porque "hacer" significa una acción y para "hacer" tú te preparas. Y te preparas primero, para recibir información y luego de haber analizado qué es lo que quieres de una determinada relación o de un determinado momento, te predispones a buscarlo, tienes toda la atención puesta en eso. Eso no significa que se pierda naturalidad, naturalidad no es lo mismo que improvisación. Es todo lo contrario de cuando vuelves a casa en coche y te preguntas de golpe "yo por dónde he venido". El PI es todo lo contrario: es conducirse por la vida sabiendo por dónde va uno.

 

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