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El comportamiento de los empleados en las oficinas ha cambiado desde la pandemia. Relaciones laborales postpandemia

La etiqueta y el comportamiento de los empleados en las oficinas ha cambiado desde la pandemia

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Hemos cambiado algunas costumbres al trabajar desde casa
Las relaciones personales en la oficina han cambiado desde la pandemia. Hemos cambiado algunas costumbres al trabajar desde casa

Las relaciones laborales presenciales en el mundo pospandemia

Diario de un reencuentro con distintos puntos de vista

La pandemia nos cambió la vida personal y laboral. Pasamos de la inter actuación personal a un mundo de videollamadas en pijama y jornadas laborales desde el salón de casa. Ahora, con la vuelta al trabajo presencial, en las oficinas vuelven a resonar voces y murmullos de gente trabajando. El roce entre hábitos moldeados por la distancia y la individualidad está causando algunos problemas entre los empleados. Algunos proponen nuevas normas de etiqueta para adaptarlas al espacio laboral presencial, para reconciliar las viejas costumbres con la nueva realidad.

Los pasillos y las dependencias comunes, casi siempre bulliciosos, se convierten en campos minados de saludos incómodos y falsas sonrisas. ¿Nos damos la mano? ¿Es obligatorio volver a los vestuarios formales? ¿Son aceptables las conversaciones telefónicas entre el personal a viva voz?

Choque de sensaciones en las dinámicas laborales

Por un lado, hay quienes añoran la camaradería y la presencialidad en la oficina, pero por otro, se ha arraigado una mayor valoración del espacio personal y la flexibilidad laboral. Este choque de pareceres en las relaciones laborales se manifiesta en la discrepancia que surge sobre lo que constituye un comportamiento apropiado en la oficina. Parece que, para algunos, estos conceptos o reglas de etiqueta han cambiado. Mientras algunos abogan por la rigidez de las normas prepandemia, otros defienden la flexibilidad y la adaptabilidad que tenían durante el trabajo remoto.

No vamos a mentir, pero antes de la pandemia ya existían algunos conflictos que pueden haberse visto agravados ahora. La oficina ya no es simplemente un lugar de trabajo, es un 'campo de batalla' donde las viejas y nuevas generaciones chocan en sus percepciones sobre la productividad y la forma de trabajar. Pero esto, no es nada nuevo. La tradición y la innovación chocan con mucha frecuencia, no solo en el ámbito laboral.

Las opiniones a favor y en contra

Analizando las opiniones de los líderes empresariales, se revela una variedad de opiniones sobre la etiqueta de oficina. Algunos sostienen que la formalidad es esencial para mantener la imagen de profesionalidad, mientras que otros argumentan que la flexibilidad es clave para fomentar un ambiente colaborativo, más creativo y productivo.

La clave está en encontrar un equilibrio que permita la productividad no disminuya sin sacrificar la satisfacción del equipo de trabajo. Aunque, como dice el refrán, "nunca llueve a gusto de todos", al menos hay que hacer que "llueva" al gusto de la mayoría.

Datos que reflejan las diferencias

Varias encuestas realizadas a empleados de distintas compañías revelan una divergencia significativa en las percepciones sobre la etiqueta en la oficina. Mientras que el 45% aboga por la rigidez de las normas tradicionales, un sorprendente 55% defiende un enfoque más relajado y adaptable. Estas normas hacen referencia, principalmente, al vestuario, las conversaciones, la gestión del espacio personal, la puntualidad y el uso del teléfono móvil-celular.

Las nuevas reglas del juego en la oficina pueden asimilarse poco a poco. Una vestimenta simplificada para obtener una mayor comodidad del empleado, espacios privados para resolver asuntos propios -por ejemplo, llamadas personales-, controlar el volumen de las conversaciones, etcétera, pueden ayudar a mejorar el clima laboral y el bienestar de los empleados.

Ahora volvemos a compartir espacio con otras personas
Nos hemos tenido que ir readaptando al trabajo presencial en las oficinas. Ahora volvemos a compartir espacio con otras personas

La clave está en la comunicación

Es fundamental contar con canales de diálogo para entender las inquietudes de los empleados y establecer acuerdos que nos permitan avanzar juntos. La voluntad para escuchar opiniones diversas es una herramienta valiosa para la mejora de las relaciones laborales. Las empresas se enfrentan al desafío de equilibrar la tradición con la innovación, la formalidad con la flexibilidad. Todo es posible, con una buena comunicación.

La clave de todo radica en reconocer que la etiqueta de oficina ha cambiado. Hay que tratar de contar con la colaboración y la comprensión mutua. Todos podemos poner algo de nuestra parte. Más de la mitad de los empleados encuestados en diversas empresas de distintos sectores manifiesta su voluntad de capacitarse en cuestiones de etiqueta si la empresa ofrecería este tipo de formación a los empleados.

 

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