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La Iglesia y su composición jerárquica. Conferencia episcopal. Miembros del Episcopado

A los miembros del Episcopado, los obispos -que en aquel momento eran los apóstoles-, se les encomendó el gobierno de su Iglesia

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Salón Conferencias Episcopal
Conferencia Episcopal. Salón Conferencias Episcopal

Historia y composición jerárquica de la Conferencia Episcopal

El Sacramento del Orden, creó el "sacerdocio cristiano" que tiene tres distintos grados:

- diaconado,

- sacerdocio, y

- episcopado.

A los miembros del Episcopado, los obispos -que en aquel momento eran los apóstoles-, se les encomendó el gobierno de su Iglesia, y derramó sobre esa jerarquía las gracias del Espíritu Santo (el día de Pentecostés) de una manera especial para que pudieran gobernar y dirigir a las comunidades cristianas, pero también lo hizo -en otro grado- con el resto de la primitiva comunidad cristiana.

A medida que la primitiva comunidad se extendía, los apóstoles fueron fundando nuevas comunidades o iglesias locales a cuya cabeza colocaron a discípulos suyos a los que transmitieron el sacramento del orden por la oración y la imposición de las manos.

Esta sucesión se ha mantenido ininterrumpida en la Iglesia Católica hasta el día de hoy, de forma que actualmente los obispos católicos son legítimos sucesores de los apóstoles, de modo que cuando ordenan sacerdotes o diáconos, o consagran otros obispos, se produce esa transmisión de gracias sacramentales en una cadena que llega hasta los apóstoles.

América: descubrimiento y colonización española

Lo anterior sería la prehistoria de la Iglesia para los americanos. La historia reciente y documentada se inicia con el descubrimiento y la colonización española. Casi todas las expediciones llevaban consigo a uno o a varios sacerdotes que cuando se fundaban ciudades se quedaban con los pobladores.

Más tarde llegaron los obispos, enviados desde España, aunque en función de las necesidades locales -notemos que en Argentina se dice "arquidiócesis" mientras que en España se llaman "archidiócesis", son dos derivaciones de la misma palabra griega-.

Para personas en circunstancias muy concretas hay dos "ordinariatos", el obispado castrense cuyos miembros pertenecen a las fuerzas armadas o sus familias, y el obispado oriental en el que se incluyen a todos los católicos de rito oriental que no tienen un obispo propio (ellos lo denominan "eparca") en Argentina y que quedan encomendados al Arzobispo de Buenos Aires. Además existen tres eparquías de rito oriental unidas a Roma: la armenia, la maronita y la ucraniana, y una prelatura personal de rito latino, el Opus Dei, (Región Argentina) con un Vicario para la Argentina que hace las veces del Obispo personal superior general de la Prelatura del Opus Dei, con residencia en Roma.

¿Qué es la Conferencia Episcopal?

La Conferencia Episcopal (C.E.) es, según su estatuto: "la asamblea de los obispos que ejercen conjuntamente algunas funciones pastorales, en comunión con el Romano Pontífice, en espíritu de colegialidad, para el servicio del pueblo de Dios".

Composición de la Conferencia Episcopal

Pertenecen a la Conferencia Episcopal:

1. Todos los obispos diocesanos (que tienen gobierno de diócesis o arquidiócesis) y quienes se les equiparan en derecho aunque no sean obispos;

2. los obispos coadjutores (los que ayudan a un titular a gobernar la diócesis y le sucederán como titular cuando se retire o jubile, o en caso de fallecimiento);

3. los obispos auxiliares (que colaboran con el titular en el gobierno de una diócesis grande en territorio o población);

4. los demás obispos titulares (los que tienen título episcopal pero no gobierno de diócesis, casi todos ellos están jubilados por edad) que, por mandato de la Santa Sede o de la misma Conferencia Episcopal, cumplen una función permanente en el territorio nacional, como pertenecer a alguna de las Comisiones Episcopales de la CEA;

5. los ordinarios de ritos no latinos, los eparcas;

6. y los administradores diocesanos de sedes vacantes.

Tengamos en cuenta que el poder de un obispo en el gobierno de su diócesis es muy grande. Podríamos decir que en muchos casos superior en sus decisiones de índole religiosa al de casi todos los presidentes de una nación en cuanto su poder ejecutivo, y que para evitar que en diócesis vecinas se legislen reglamentaciones -cada una en sí posible pero incompatibles entre sí- conviene que se pongan de acuerdo para que haya la máxima uniformidad en todas las diócesis de una nación (misión de las conferencias episcopales nacionales), y en nuestro caso de la argentina, y también en un orden continental, como el CELAM, Consejo Episcopal Latinoamericano, con sede en Colombia.

En el orden mundial esa función de unidad la cumple la Sede Romana mediante sus Congregaciones, y también convocando sínodos universales o regionales de obispos en Roma o incluso mediante la convocación de un Concilio Ecuménico, como lo fue el Concilio Vaticano II.

Todos los obispos son los sucesores de los apóstoles y en cuanto tales deben gobernar la Iglesia colegialmente bajo la presidencia del Papa. Esa "colegialidad" se puede practicar en el territorio nacional mediante la Conferencia Episcopal de cada país. Notemos que el Sacramento del Orden en cuanto tal no tiene "subgrados" en su dignidad suprema que es el episcopado.

Todos los obispos en cuanto tales han recibido el mismo sacramento del orden en su grado de episcopado. Por eso el mismo Papa no recibe una "consagración" diferente a los demás obispos, sino que es el obispo de Roma, y como tal sucesor de San Pedro que ejercita el Primado en la Iglesia sin necesitar una consagración especial para ello. Se elige, por los cardenales, un nuevo Papa, pero no recibe ningún sacramento extra distinto al que recibió cuando lo consagraron obispo.

Las Congregaciones Romanas son en el campo eclesial el equivalente a los "ministerios" en el gobierno de una nación. Tienen su sede en Roma y son presididas por un Prefecto que suele ser un Cardenal residente en Roma que aunque sea obispo, carece de diócesis propia. Usando términos civiles podríamos decir que no son gobernadores de una provincia sino ministros de toda la nación. Pero no todos los cardenales son "curiales" que pertenecen a la Curia Romana, sino que la gran mayoría son obispos titulares en las sedes arzobispales, o incluso episcopales, más importantes en todo el orbe cristiano.

 

 

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