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Los modales en la mesa importan, pero también hay mucho esnobismo y tontería

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Los comportamientos pueden ser diferentes, pero no tienen por qué ser incorrectos
Los modales en la mesa son importantes, pero sin pasarse de rígidos. Los comportamientos pueden ser diferentes, pero no tienen por qué ser incorrectos

La verdadera importancia de los buenos modales en la mesa

La mayoría de las reglas de etiqueta tienen un determinado propósito y utilidad. Tienen que ver mucho con el pragmatismo. Se hacen por utilidad o por respeto a los demças. Pero hay otras, que no tienen tanta importancia o que no afectan de manera especial a los demás. Hay reglas que son reglas excesivamente pretenciosas. Esto suele ocurrir cuando se quiere destacar, sobresalir e incluso generar la impresión de ser algo elitista. Pretenden, en el fondo, un distanciamiento social.

Los modales en la mesa se aprenden en familia sin necesidad de acudir a clases de etiqueta para los conceptos más elementales. Es verdad, que cada familia es un mundo. Pero, lo más básico se aprende en casa antes de salir al 'ruedo social'.

Pensemos que si aprendemos a hablar y a escribir en casa, con los buenos modales pasa lo mismo. Aprendemos lo más básico. Luego vamos a la escuela, al colegio, a la universidad para ampliar nuestros conocimientos. Lo mismo ocurre con las reglas de etiqueta. Si queremos ampliar conocimientos, podemos optar por una formación práctica que nos capacite para otros entornos distintos al familiar. Incluso, aprendemos a medida que vamos desarrollando nuestras habilidades sociales. Lo que se conoce como experiencia. Pero aún hay más.

Observar para aprender

La observación es una gran fuente de conocimiento. Podemos aprender de nuestros compañeros de trabajo, de nuestros amigos, de nuestros familiares, etcétera. Cualquier ocasión es buena para fijarnos en lo que hacen los demás. Eso sí, con cuidado, porque en muchas ocasiones creemos que todo lo que hacen las personas llamadas de alta sociedad, los royals y personas de alto estatus cultural, etcétera, está bien, y no es así.

Ya hemos comentado en un artículo de este portal, que etiquetar a una persona como grosera o maleducada por algún comportamiento puntual es un error. Los modales en la mesa, para algunos, pueden ser un indicador de clase, pero no es así. La base del protocolo y la etiqueta es facilitar las cosas, pero no hacer diferencias sociales o de clases como algunos parecen pretender.

Por qué son importantes los modales en la mesa

Principalmente, para poder 'convivir' en la mesa con otras personas. Queremos que nuestros compañeros de mesa disfruten de nuestra compañía. Vamos a ver algunos ejemplos.

A la hora de comer, cerramos la boca al masticar porque no es muy agradable ver a la otra persona con la boca llena de comida y masticando.

Hacer ruido al beber o al comer, es otra de las cosas que puede molestar o incomodar a nuestros compañeros de mesa.

La persona que ocupa más espacio del que tiene asignado, también suele ser molesto para los comensales que tiene a su lado. Esa invasión es una falta de educación.

Las personas que hablan sin parar o a voces, también pueden resultar muy molestas. Porque afectan a la buena marcha de las conversaciones en la mesa.

Hay algo imperdonable. Las personas que tratan de beber de nuestra copa o de comer nuestro plato. El famoso: déjame que pruebe eso.

El hacer ruido con los cubiertos, también puede ser una molestia para el resto de los comensales.

Cosas que no deberían molestar a los demás, aunque sean pequeñas equivocaciones: los límites

Todos nos equivocamos, incluso algunos hacemos las cosas de forma diferente. ¿Está mal o es incorrecto? Debemos dejar de sacarle punta a todo. Dejemos de analizar con lupa a los comensales. No hay que tenerlo todo tan medido para justificar lo finos que somos y lo bien educamos que estamos. Este tipo de 'rigideces' es el que le da mala fama a muchas parcelas del protocolo social. Veamos algunos ejemplos, de los muchos que podríamos dar.

La persona que no toma el cubierto correcto, no le molesta a nadie. Podemos hacerle alguna indicación o darle una pequeña explicación, pero no llamar la atención de todo el mundo. De igual manera, si lo agarra un poco distinto a los demás.

Lo mismo ocurre con la bebida. Si la persona se sirve una bebida en la copa equivocada, tampoco molesta a nadie.

Los snobs dicen que poner sal a la comida antes de probarla es de mala educación. No se le manda ningún mensaje al anfitrión como nos quieren hacer ver. Es su comida y se la va a comer esa persona. Aunque, lo normal sería que lo prueba antes, es su decisión.

Tomar la copa por su base o por su copa, pero no por el tallo. Tampoco debe representar una molestia para los demás. Al que se le va a calentar el agua o el vino es a al dueño de esa copa.

La mesa es un punto de encuentro y un sitio donde la buena educación puede revelar muchas cosas
Dicen que en la mesa y en el juego se conoce al caballero. La mesa es un punto de encuentro y un sitio donde la buena educación puede revelar muchas cosas

Hay muchos otros casos. Lo importante, al final, es sentirse cómodo y no demasiado encorsetado donde tenemos que medir todos nuestros gestos y nuestros movimientos. NO. Los buenos modales no son eso. Son pautas sencillas y muy flexibles. No hay que mirar con lupa a los demás.

No hay que ser tan snob. Debemos hacer que las personas que nos rodean se sientan cómodas. Hay que tratar de que la atención se centre en las conversaciones y en lo deliciosa que es la comida, en lugar de criticar la forma en que la comen los demás. Salvo, cuando sea evidente, que el comportamiento sea muy grosero y molesto para el resto de los comensales.

Por esta razón, no hay que preocuparse demasiado si hay algo que no sabemos hacer bien o que hacemos de manera diferente. Si alguien nos llama la atención por uno de estos 'errores' que no afectan a los demás, es esa persona quien está siendo grosera.

Si alguien se siente ofendido al comer con nosotros por la forma en que sostenemos los cubiertos, tomamos las copas, etcétera, no merece nuestra compañía.

 

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