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Pekín elabora un catálogo de buenas maneras para turistas chinos.

Los modales de los chinos se occidentalizan.

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No escupir, no tirar desperdicios al suelo, no berrear a través del teléfono móvil, lavarse las manos antes y después de comer y no acuclillarse son algunos de los hábitos que China pretende inculcar a sus turistas que visiten Pekín a través de una campaña que se extenderá hasta el inicio de los JJOO de 2008.

Si la iniciativa tiene éxito quien visite Pekín con motivo de los Juegos ya no estará a tiempo de conocer sobre el terreno algunas de las más arraigadas costumbres de sus habitantes, como hablar a gritos, sentarse en cuclillas en los bordillos de las aceras o descalzarse nada más entrar en un avión o un tren.

Atrás quedarán los escupitajos precedidos de un sonoro aclarado de garganta, la total indolencia ante todos aquellos que infringen sistemáticamente la prohibición de fumar en lugares públicos, como taxis o incluso hospitales, y quizás la costumbre china de echar una cabezadita allá donde te pilla el sueño.

Los modales de los chinos se occidentalizan y a juzgar por los éxitos que las autoridades han cosechado en Pekín, donde actualmente, por ejemplo, se pueden ver colas en las taquillas del metro para adquirir los billetes, algo impensable no hace más de un año, lo hacen a marchas forzadas.

'El comportamiento de algunos viajeros chinos no es compatible con la fortaleza económica de la nación y su creciente estatus internacional', dijo en un comunicado el Comité para la Civilización Espiritual del Partido Comunista, según Radio Internacional de China.

La campaña está dirigida especialmente a los chinos que pretendan visitar Pekín con motivo de los Juegos y quiere construir una imagen positiva de sus ciudadanos para entonces, informa la agencia Xinhua.

Sin embargo, las pretensiones de la campaña van más allá, puesto que se pretende que los chinos que viajen al extranjero den una imagen acorde con la grandeza del país.

'Un comportamiento decente es un reflejo del carácter de un país', dijo Robert Lao, funcionario chino-canadiense que organizó muchos viajes de funcionarios chinos al extranjero y que cree que algunos chinos han estropeado la imagen del país.

'Los viajeros deben aprender convenciones sociales, modales en la mesa y etiqueta en diferentes países', añadió para concluir que 'es importante ganarse el respeto'.

Está previsto que la campaña empiece este mes y en ella se involucrarán los ministerios de Asuntos Exteriores, Seguridad Pública, Comercio, Construcción, Trenes, Aviación Civil y Transporte; todos para conseguir que desaparezca ese escaso 'sentido de la cortesía, el deber y el orden', según Xinhua.

La industria del turismo en China se está desarrollando al mismo tiempo que la economía y el año pasado salieron al exterior 31 millones de chinos mientras que se organizaron 1.200 millones de viajes domésticos, según datos de la Administración Nacional de Turismo.

 

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