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C. La sociología de Norbert Elias: Programa teórico y teoría del proceso civilizatorio. XIII.

La civilización del comportamiento. La sociología de Norbert Elias: Programa teórico y teoría del proceso civilizatorio.

La civilización del comportamiento. Urbanidad y buenas maneras en España desde la Baja Edad Media hasta nuestros días
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La activación de estos mecanismos para la constitución de gobiernos centrales no responde, al igual que sucedía con la concepción eliasiana del cambio social, en modo alguno a una voluntad individual consciente. Nos hallamos ante mecanismos activados de manera no planificada careciendo por ello de intencionalidad consciente. Sobre la base de estos mecanismos constitutivos de gobiernos centrales y un proceso continuado de competencia entre unidades políticas se erige el Estado moderno.

En este proceso distingue Elias tres grandes fases (Elias, 1987:354) (Nota: Literalmente, Elias distingue dos fases puesto que no contabiliza como tal la definitiva constitución del monopolio. Personalmente distingo esa tercera fase que aludiría al monopolio definitivamente constituido. En cualquier caso, se trata de un leve matiz que no afecta al grueso de la exposición que aquí llevo a cabo): Una primera, en la que diferentes unidades políticas, pequeñas y flexibles, establecen una competencia inicial por la hegemonía entre ellas. Esta competencia inicial tiene lugar en un marco presidido por una economía de tipo natural y por un escaso desarrollo de la división del trabajo. Una segunda, en la que las unidades políticas son mayores toda vez que algunas resultan subsumidas en otras a resultas de la competencia inicial establecida. En este instante, la competencia se acentúa intentando evitar la dependencia con respecto a otras unidades. Y se acentúa debido al incremento poblacional, a la consolidación de la propiedad y a la dificultad de expansión interior, teniendo que ser ahora exterior dicha expansión. Una tercera y última, en la que adviene la constitución de un monopolio, tanto fiscal como de la violencia. La competencia hasta entonces desarrollada ha permitido a unas unidades engrandecerse a costa de que otras resultasen excluidas. Este proceso de exclusión que determina la competencia se repite constantemente hasta la reducción máxima de unidades políticas que compiten. La reducción máxima significa que finalmente habrá una unidad política que alcanzará el monopolio de las oportunidades de poder que estaban en juego.

Esquema.
Esquema. Esquema.

Esquemáticamente, el proceso de constitución del Estado resultaría del siguiente modo (Nota: Parto del supuesto en esta ejemplificación de que las unidades políticas estuviesen limitadas en número a cuatro. En cualquier caso, la lógica de competición y exclusión que Elias propone es aplicable de igual modo independientemente del número de unidades políticas que entren en juego):

Esquema 1: Constitución del monopolio fiscal y de la violencia.

El monopolio de todas las oportunidades de poder por parte de una única unidad política conlleva la asunción por la misma del control de los medios militares y los medios tributarios. Esta unidad política concentra en sí el monopolio fiscal y el monopolio de la violencia; monopolios que se sostienen recíprocamente sin ser ninguno previo al otro. Ambos monopolios son dirigidos por un aparato administrativo permanente que les confiere solidez, estabilidad y durabilidad. Sólo con el control de este par de monopolios alcanzan las unidades políticas el rango de Estado. Es necesario recordar que el monopolio se conforma cuando se produce la acumulación de la mayor parte de las oportunidades de poder en una sola unidad política. El afianzamiento del monopolio requiere de administradores conforme éste se complejiza y su gestión excede las posibilidades de una única persona: el señor central, el monopolista inicial ve crecer progresivamente su dependencia respecto a los administradores de su propio monopolio (Nota: Así ilustra Elias (1987:350) la dependencia del señor central en relación con los administradores del monopolio: "La socialización del monopolio de dominación acaba encontrando su expresión en el presupuesto. El titular del poder central, cualquiera que sea el título que posea, tiene prevista una cantidad en el presupuesto como cualquier otro funcionario, cantidad de la que dispone el señor central, sea rey o presidente, para sufragar los gastos de su casa o corte").

3.2. Investigaciones psicogenéticas.

Con sus investigaciones psicogenéticas, Elias trata de ofrecer una explicación sobre los cambios de larga duración que experimenta la estructura emocional y conductual de los seres humanos. Para ello se vale de libros de cortesía bajomedieval, de manuales de urbanidad renacentistas y de publicaciones que en los siglos XVII, XVIII y XIX versan sobre buenos modales. Gracias a ellos reconstruye la historia y evolución de las buenas maneras: analiza los códigos de comportamiento que las regulan indagando acerca de los porqués empleados para justificar tal o cual conducta.

De esta manera aborda Elias los cambios de larga duración de la estructura emocional y conductual del hombre occidental, cambios que él recoge bajo el nombre de proceso de la civilización. Concluye Elias que tal proceso aboca a un tipo humano progresivamente contenido y controlado en su comportamiento y afectividad resultado del tránsito paulatino desde el heterocontrol hasta el autocontrol (Este tránsito es abordado específicamente en Elias (1987:225-229) y Elias (1987:453-463). De estas páginas se infiere lo que el autor entiende por heterocontrol y autocontrol (Nota: Este tránsito es abordado específicamente en Elias (1987:225-229) y Elias (1987:453-463). De estas páginas se infiere lo que el autor entiende por heterocontrol y autocontrol. El momento histórico en el que Elias sitúa el inicio de este tránsito lo encontramos en el siglo XVI; en concreto, en el momento de paso desde el código de la civilitè al de la politesse. Cfr Elias (1987:147-148).). Entremos a examinar este par de conceptos; núcleo central de la teoría civilizatoria eliasiana.

Con la noción de heterocontrol se refiere Elias a un tipo de comportamiento y emotividad delimitada por un conjunto de coacciones que remiten a la presencia coactivo-intimidatoria del prójimo. Estas coacciones pueden presentarse en forma de violencia, castigo, destierro o degradación pero sea cual fuere su modalidad, se trata de coacciones procedentes del exterior. Conducta y afectividad resultan controladas externamente; conducta y afectividad remiten a los demás. Se admite que las coacciones que gobiernan la estructura conductual-afectiva obedecen a motivos sociales: la intensidad del control conductual-afectivo se asocia a la posición social ocupada. Este control conductual-afectivo, que en las publicaciones sobre buenas maneras se expresa en forma de preceptos que indican lo que debe y no debe hacerse, es justificado de acuerdo con un argumento de índole social: no se debe ejecutar un comportamiento que no sea cortés, que no sea prudente o que no sea civil puesto que en lo cortés, en lo prudente o en lo civil siempre se adivina subyacente una idea de respeto y consideración hacia la posición social que ocupa el otro.

Con la noción de autocontrol se refiere Elias a un tipo de comportamiento y emotividad delimitados por un conjunto de coacciones que proceden de la propia persona. Estas coacciones se activan de modo automático y llevan aparejadas un incremento de la autoconciencia en el control sobre la conducta y los afectos, un incremento de la distancia reflexiva sobre el comportamiento y las emociones y una disminución de la espontaneidad conductual y expresiva. Las coacciones que en el mundo del heterocontrol remitían a lo exterior ahora, con el autocontrol, se han interiorizado hasta convertirse en una suerte de segunda naturaleza para las personas. Estas mismas coacciones, interiorizadas, se presentan en forma de vergüenza, pudor o desagrado y son justificadas con arreglo a argumentos higiénicos, médicos o técnicos: se ejecuta un comportamiento de un modo concreto porque así nos aseguramos el no contraer enfermedades, no entrar en contacto con agentes patógenos, evitar la suciedad o nos cercioramos de estar utilizando los medios técnicos puestos a nuestra disposición para poner en marcha acciones concretas -comer, dormir, orinar, defecar, asearnos...

Mas el tránsito desde el heterocontrol hasta el autocontrol no se explica por sí mismo como un movimiento sin más que azarosamente haya seguido esa dirección. Elias presenta las que denomina leyes estructurales del proceso civilizatorio, que son quienes posibilitan este desplazamiento desde una conducta heterocontrolada hasta otra autocontrolada (Nota: Si bien Elias se refiere a estas leyes con el calificativo de "estructurales" lo cierto es que una denominación más acorde con su propia teorización, basada en lo procesual y lo diacrónico, hubiese sido la de "dinámicas". En cualquier caso, el apelativo "estructurales" no posee a mi juicio un significado tan substantivo que pueda suponer una contradicción dentro del enfoque procesual eliasiano. De cualquier modo y en lo sucesivo respetaré la denominación propuesta por Elias): Estas leyes estructurales conectan el nivel "micro" del comportamiento y la afectividad humanas con el nivel "macro" de las estructuras a gran escala. Tales leyes son las que siguen: 1) Incremento de la especialización funcional, 2) incremento de la diferenciación social, 3) incremento de la interdependencia y 4) construcción de monopolios de violencia (Elias, 1987:518).

 

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