Urbanidad contra 'burricie'.
Veo con tristeza que la "burricie" prima más cada día sobre el civismo y las buenas maneras.
Hace tan sólo unos días, paseábamos mi esposa y yo (tenemos 66 y 70 años) por las inmediaciones de un parque y vimos un grupo de jóvenes de unos 16 años que rompían a patadas una papelera y dejaba la acera llena de suciedad. "Sed buenos chicos -les dije-, la ciudad es de todos y debemos cuidarla." No quiero decirle la cantidad de insultos, burlas y amenazas que recibí hasta temer que me agredieran físicamente. Veo con tristeza que la "burricie" prima más cada día sobre el civismo y las buenas maneras. ¿ Qué está pasando?.
Lo que está pasando es que hemos hecho dejación de la educación en la familia, en la escuela y en los medios de comunicación social y hace bastante tiempo que dejamos de educar para la urbanidad como primera virtud.
Para mí, en buena medida, la urbanidad es el origen de todas las demás virtudes. Las buenas maneras, el civismo, cuidar de las cosas comunes, respetar lo que es de todos como si fuera propio, etcétera, es el comienzo de la humanización y educación de un ser humano. La urbanidad que enseña 'eso no se hace', 'eso está mal' es lo primero que debe aprender el individuo.
Al principio, la moral sólo es urbanidad, o mejor dicho, la urbanidad es anterior a la moral. Las buenas maneras preceden a las buenas acciones y conducen a ellas. 'Eso no se hace' (urbanidad) es anterior a 'eso no se debe hacer' (moralidad).
Estoy con Kant cuando afirma que 'lo que debe hacerse' podría deducirse de lo que se hace. En esto consiste la verdadera tarea educativa del individuo durante sus primeros años para ir humanizándose de manera gradual. "El hombre sólo puede llegar a ser hombre a través de la educación y el hombre sólo es -afirma Kant- lo que la educación hace de él." Y es la disciplina lo que primeramente transforma la animalidad en humanidad.
Contra la 'burricie' dominante que no cesa, se me ocurre como remedio que los padres, profesores y todos, haciendo causa común, empecemos por educar a nuestros niños y adolescentes en la urbanidad y en las buenas maneras.
Alguien me advertirá, como observa La Bruyere, que "la urbanidad inspira siempre la bondad, la equidad, la amabilidad o la gratitud, pero al menos, tiene su apariencia y hace posible que el hombre aparezca de cara al exterior tal y como debería ser interiormente".
Pero eso no hace más que ratificarnos en la convicción de que, si bien la urbanidad es insuficiente para un adulto, en un niño es completamente necesaria. Enseñar a decir 'por favor', 'gracias', 'lo siento', 'perdón' o 'le ruego me disculpe' es tanto como hacer 'como si' se fuera respetuoso, agradecido y educado. De ahí a la auténtica actitud de respeto y educación por convicción sólo hay un paso.
En definitiva, contra la zafiedad, la grosería, la chabacanería y los malos modales, que no son sino el exponente de esa 'burricie' que nos inunda, la única terapia eficaz que se me ocurre es esta: dosis masivas de educación para la urbanidad en todos los ámbitos de nuestra sociedad.
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Cuando vivimos en medio de este desorden, perdemos miserablemente el tiempo en buscar los objetos que necesitamos, los cuales no podemos hallar nunca prontamente.
-
A veces los malos se presentan en la sociedad con cierta apariencia de bondad y buenas maneras, y aún llegan a fascinarla con la observancia de las reglas más generales de la urbanidad
-
El recreo discurre normalmente conversando de manera desahogada, contando historias agradables y graciosas que provoquen la risa y la diversión del grupo
-
Los cumplidos deben hacerse de manera natural, sin afectación, y sin que parezca que han sido preparados.
-
Se debe evitar cuidadosamente, tanto como sea posible, poner la mano desnuda sobre las partes del cuerpo que no están ordinariamente descubiertas y, si es necesario tocarlas, es preciso que se haga con precaución
-
Es una regla importante de urbanidad el someternos estrictamente a los usos de etiqueta que encontremos establecidos en los diferentes pueblos que visitemos
-
Para que los vestidos sean adecuados es preciso que le vayan bien a la persona que los usa y que sean proporcionados a su talla, a su edad y a su condición
-
Hay que tomar buen cuidado, estando en compañía, de no oponerse a las opiniones de los demás.
-
Los valores tradicionales de cortesía, urbanidad, civismo o como se les quiera llamar se han perdido poco a poco.
-
Las diferentes religiones nos llevan a las buenas costumbres, en algunas se refleja la cultura de sus pueblos.
-
Cuando uno es alabado no debe mostrar alegría, lo que sería señal de que a uno le gusta ser adulado
-
El orden que se debe observar para el lavado de las manos es el hacerlo según el rango que se tiene en la familia; o si se come en compañía, según el rango que se tenga entre los invitados