
Siempre se debe ceder el paso a las señoras o señoritas que nos acompañan, para que ellas sean las que entren primero.
Como anécdota contamos en la Web, el caso real de una señora joven que se negaba a que la cediera el paso un señor. Ella le dijo: Oiga no me dejará pasar por que yo sea una señora. Y el hombre amablemente le respondió: no la dejo pasar por que usted sea una señora, yo la cedo el paso por que soy un caballero.