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¿Es correcto colocar ceniceros en la mesa?

El tema del tabaco en la mesa es un poco controvertido. Las nuevas leyes son muy restrictivas con el tabaco y los fumadores

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Un cenicero sobre la mesa de un bar
Ceniceros en la mesa. Un cenicero sobre la mesa de un bar

¿Se deben colocar ceniceros en la mesa? El tema del tabaco en la mesa

Fumar en la mesa hace tiempo que ha dejado de ser una práctica habitual. Al menos cuando estamos en espacios públicos. Si hablamos de reuniones en casa o espacios privados, la decisión debe ser consensuada por los anfitriones.

De cualquier manera, se deje fumar o no, los ceniceros no deberían colocarse en ninguna mesa. En último caso, de forma excepcional, se podrían colocar algún cenicero a la hora de la sobremesa, cuando no hay alimentos en la mesa. Desde luego la mejor opción es fumar en otro lugar distinto al que se come. Si es al aire libre, mejor.

Los ceniceros, por muy bonitos que sean, no deben estar entre los elementos decorativos de una mesa. Los ceniceros no deberían aparecer en la mesa ni en la comida ni en la sobremesa. Además, si hay ceniceros pueden acabar siendo el 'basurero' de pepitas, espinas, huesecillos, etcétera, etcétera.

En el caso consensuado de permitir fumar en la mesa, debemos poner los ceniceros una vez que no haya nada más alimentos que tomar, incluso después de los postres. No obstante, dado que es una "negociación" particular, si los comensales acuerdan poder fumar a los postres, incluso entre platos -no recomendado-, es una decisión personal del grupo.

Si se colocan ceniceros, habrá que estar atentos para vaciarlos tan a menudo como se pueda.  Es una forma de evitar los malos olores del tabaco y las colillas.

Fumar sin preguntar

Una curiosa anécdota que solemos contar cuando surge el tema del tabaco es aquella del hombre que va unos días de retiro a un monasterio. Una tarde al pasear por el claustro, le apetece fumar un cigarrillo. Al cruzarse con un monje le pregunta:

- ¿Se puede fumar?

a lo que el monje le responde que no. Entonces, el señor que había visto unos ceniceros colocados en las cuatro esquinas del claustro le pregunta:

- ¿Y los ceniceros que hay repartidos por el claustro?

con una leve sonrisa, el monje le mira a los ojos y le dice el monje: son para los que no preguntan.

Nunca está de más tener algún cenicero a mano, para los que fuman sin preguntar, pero no deberían estar encima de una mesa donde se va a servir algo de comer. Se puede colocar en otras partes como terrazas, balcones, jardines, etcétera. Es mejor que apaguen el cigarrillo en un cenicero a que lo tiren por la ventana, al suelo, lo apaguen en el tiesto de una planta, etcétera.

 

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