Hablar con respeto y educación.
Al dirigirnos a una persona de respeto o con la cual no tenemos mucha familiaridad, en vez del ponombre "yo" se dice un "servidor de Vd."
Hablar con respeto y educación.
Al dirigirnos a una persona de respeto o con la cual no tenemos mucha familiaridad, en vez del ponombre "yo" se dice un "servidor de Vd."; y si nos hiciese alguna pregunta jamás contestaremos a secas: "sí" o "no", pues estas expresiones han de ir acompañadas de "señor" o "señora", añadiendo al mismo tiempo el título cuando la etiqueta se lo concede por su rango.
La persona con quien hablamos ha de ponerse en primer lugar cuando la nombremos, y nosotros en el último; así diremos: "cuando Vd. y yo volvamos a tal puesto", etc. Debemos ser muy parcos en hablar de nosotros mismos y de nuestras familias, y siempre lo haremos con mucha modestia. En este último caso evitaremos el decir: "mi señor padre, mi señora tía"; pero ese dictado de "señor" o "señora" deberá añadirlo un tercero que pregunte por la salud de éstos.
En la conversación debe huirse la repetición de estas expresiones: "Está Vd.?", "Suponga Vd.", "Digo bien?", "Si Vd. quiere", y otras frases superfinas y empalagosas hijas de un mal hábito.
En la relación de un hecho tampoco han de usarse con frecuencia los verbos "dice", "dijo", "pues señor", "ya se ve", "como iba diciendo", "amigo de mi alma", etc. La narración tiene de ser breve para no molestar quizás a los que nos escuchan, y hemos de abstenernos de soltar dichos que nos parezcan, agudos, porque sobre esto el amor propio suele engañarnos con harta frecuencia.
-
16376
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
La ventanjas de la urbanidad, el despejo y la calidad del niño urbano.
-
Se cuidará mucho de no ocupar los asientos con objetos y no llevar perfumes exagerados ni alimentos de olor fuerte que puedan incomodar a los otros viajeros.
-
Fraseología urbana para las principales ocurrencias de la vida social.
-
Varias veces los labios de un joven expresan conceptos finos, frutos precoces del talento.
-
Las matronas nobles han cercenado las largas colas de los vestidos, cuyo uso era sumamente incómodo en los bailes, en los paseos y en la iglesia.
-
Todos los principios son informes, y queda después la imaginación de aquella deformidad: la memoria de haberlo visto imperfecto no lo deja lograr acabado.
-
La buena educación de los niños es una de las más gratificantes tareas que pueden tener los padres con respecto a sus hijos
-
La mejor educación que se le puede dar a un joven es la de un colegio, y la de su casa.
-
El hombre de ánimo delicado se abre a todos los sentimientos que engrandecen la naturaleza humana, y quisiera cerrarlo a cuantos la degradan.
-
La sociedad de hombres que no tuviese un punto u objeto especial, perecería por el mismo fastidio o falta de agrado.
-
Sin fuerza de alma ninguna virtud se adquiere, ningún alto deber se cumple.
-
Aunque pudiera extenderme mucho más en cada uno de los artículos de que os he hablado, de moral, virtud y urbanidad, contemplo que os he dicho lo bastante, para que seáis buenos, virtuosos y corteses.