Sombreros y cubrecabezas: las reglas de etiqueta. Cuándo y dónde debe quitarse
El uso del sombrero está poco extendido, pero va en aumento el uso de todo tipo de gorras, viseras, boinas, etcétera. ¿Sabemos cuándo y dónde hay que quitárselo?
En qué lugares es adecuado descubrirse: reglas de cortesía y etiqueta
El uso del sombrero es cada día más residual. No es muy habitual ver sombreros en un vestuario de diario. Salvo las personas mayores que, en determinados casos y ámbitos, pueden tener la costumbre de vestirlo en su día a día. Pero frente al desuso del sombrero, están proliferando todo tipo de cubrecabezas como gorras, viseras, boinas, etcétera, que son objeto de modas y tendencias.
Si repasamos las reglas clásicas para usar un sombrero, que serían de aplicación a los citados cubrecabezas que hemos citado, observamos que a las personas cada vez les importan menos las reglas de etiqueta. No son capaces de entender que estas reglas son una forma de manifestar, no solo una saber estar, dignos de personas bien educadas, sino una forma de evidenciar cortesía y respeto por las personas que tienen a su alrededor.
Las reglas de etiqueta para usar cualquier cubrecabezas no son anticuadas, sino que son parte de una tradición que ayuda a tener un porte más elegante, y a mostrar respeto en determinados contextos y a determinadas personas. No cuesta nada tener un gesto de cortesía con los demás.
¿Cuándo hay que quitarse el sombrero, la gorra, la visera...?
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El sombrero y cualquier otro cubrecabezas se debe quitar, en el caso de los hombres, cuando se entra a un lugar cubierto. Se supone que en un espacio cerrado no es necesario, ni para protegerse del sol ni para protegerse del frío. Simplemente, se descrube y se mantiene en la mano. Si es una visera o alguna prenda que se puede doblar, se puede guardar en un maletín, bolso, cartera o complemento similar. Si entramos en una oficina o casa donde haya un perchero, se puede dejar ahí.
Una de las excepciones, que las hay, pueden ser los grandes espacios públicos donde el sombrero o cualquier otro cubrecabezas puede permanecer puesto. Por ejemplo, el lobby o hall de una gran estación de transporte, o de un edificio de oficinas. En este tipo de espacios, aunque sean cubiertos, no está mal visto permanecer cubiertos. Por el contrario, en un templo, un hospital, un teatro, etcétera, aunque sea un gran espacio cubierto, es mejor descubrirse al entrar.
En el caso de los espacios abiertos, aunque es un gesto de cortesía quitarse el sombrero o cualquier otro cubrecabezas cuando hablamos con otra persona, cada vez está más aceptado el permancer cubiertos al ser una interacción privada y al aire libre. Lo mismo ocurre en el caso de encontrarse con una mujer. Lo más apropiado sería descubrirse, pero se acepta, cada vez más, no hacerlo. Al final, en estos casos, es cuestión de 'medir' con quién estamos interactuando. Seguramente, la gente de más edad apreciará que se tengan estos gestos de cortesía más clásicos, mientras que los más jóvenes, no le darán tanta importancia.
El grado de formalidad del vestuario, también puede tener su influencia. No es lo mismo vestir un sombrero cuando se va de traje y corbata, que cuando se viste con un chándal o de una forma deportiva, con una gorra. Como en muchas cosas en esta vida, hay que saber analizar cada situación y contexto, para tomar la mejor decisión.
Lo citado anteriormente, puede servir para las mujeres. Aunque las reglas de etiqueta más clásica permitan a la mujer permanecer cubiertas tanto en espacios cerrados como espacios abiertos al aire libre. Simplemente hay aplicar un poco de sentido común para ver en qué situación y contexto se está en cada momento.
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