Las buenas maneras y las nuevas tecnologías
Hay vida más allá del teléfono móvil, las zapatillas de marca, el coche guapo, la Play Station y el ordenador
¿Nos hemos olvidado las buenas maneras? ¿Es culpa de la tecnología?
Ahora que parece que lo tenemos todo, o al menos eso creemos, hemos olvidado las buenas maneras. Hay vida más allá del teléfono móvil, las zapatillas de marca, el coche guapo, la Play Station y el ordenador. Al menos eso pienso yo.
Existen y siempre existieron las formas, porque tras ellas se esconde el contenido de las cosas. Cuestan tan poco y son tan de agradecer que, el practicarlas de un modo positivo, bien darían a este mundo un carácter más afable y personal.
- No sea usted un mal tipo y modere la velocidad de su máquina.
- No deje que su perro vaya dejando las necesidades por los rincones de esta ciudad, ni dibujando manchas de orín sobre las paredes.
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- Haga el ruido justo, nunca más del necesario.
- Ceda, pues, el paso en la carretera de su existencia, ya verá como todo irá mejor.
- Deje de vocear en los bares y de meterse en vidas ajenas. No pierda la compostura y sonría ante la adversidad.
- Utilice la oración compuesta y dialogue con su adversario.
- Salude a sus vecinos y dé usted los buenos días, las buenas tardes y las buenas noches; dé las gracias por un detalle y téngalos usted con el resto. Sea educado y correcto, cortés, amable y sincero.
- Piense en usted, pero sobre todo en los demás. No haga comentarios zafios y no se entregue a la barbaridad.
- Sea amigo de la buena educación y deje de una vez por todas de tocar insistentemente el Claxon. Tenga paciencia y espere. Somos muchos y diferentes. Respete a mayores y niños. No atropelle a los débiles. Baje el volumen de su radio y póngase por una vez en el lugar del otro. Todos nos equivocamos, frene ante la soberbia que viene a ser la peor de las consejeras.
Resulta que en la era del genoma humano y la cibernética, la globalización y la comida basura, hemos dejado en el camino las buenas maneras, que vienen a ser una parte importante de nosotros mismos y que nos diferencia de los animales y las bestias, no estaría nada bien que olvidáramos lo aprendido y que nos volviéramos a estas alturas cavernícolas con A.D.S.L.
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