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C. La sociología de Norbert Elias: Programa teórico y teoría del proceso civilizatorio. VIII.

La civilización del comportamiento. La sociología de Norbert Elias: Programa teórico y teoría del proceso civilizatorio.

La civilización del comportamiento. Urbanidad y buenas maneras en España desde la Baja Edad Media hasta nuestros días
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Junto a la indefinición y a las dificultades de identificación, la sociología histórica debe lidiar, en tanto mixtura de sociología e historia, con una batería de problemas no resueltos adecuadamente que debilitan su consideración como subdisciplina sociológica; problemas que contribuyen además a la imposibilidad de fijar con firmeza el estatuto de la sociología histórica. Ramos distingue dos grandes tipos de problemas derivados del intento de integración por parte de la sociología histórica de la narración historiográfica, el análisis sociológico y la comparación inter-espacial e inter-temporal: problemas textuales y problemas metodológicos (Ramos, 1993).

Tanto textual como metodológicamente, es complicado articular adecuadamente análisis, narración y comparación lo que supone que, al final, uno de estos elementos resulte preeminente respecto a los otros. Así pues, siempre hay algo que se echa en falta; ya sea teoría, datos historiográficos, contrastación o explicación. De este modo, la empresa de la sociología histórica deviene paradójica: precisa de una correcta integración de análisis, comparación y narración a sabiendas de que ésta es imposible de conseguir. En este punto se desatan las críticas hacia la sociología histórica; críticas dirigidas a las ausencias en forma de "falta análisis", "falta comparación" o "falta narración". Empero, como concluye Ramos; "las críticas están fundamentadas y es que, en verdad, se echa siempre en falta algo o se percibe cierto sacrificio. ¿Por qué? Por el carácter autotruncado y heroico de la empresa: un querer llegar a un punto que no se puede alcanzar pero que es una tarea en la que hay que perseverar" (Ramos, 1993:21) (Nota: El propio Ramos (1988:178) se expresa de un modo similar cuando valora la aportación de Elias en El proceso de la civilización. Abunda en la paradoja de un esfuerzo que es imperativo realizar siendo consciente de que nunca reportará un éxito pleno. Con todo, la virtud reside en la realización del propio esfuerzo. Así, señala Ramos: "El esquema es sin duda ambicioso. Cabría objetar que demasiado ambiciosos y casi insensato, pues abarca más de lo abarcable y especula allí donde no sabe. Al exceso de ambiciones cabría agregar la sensación de falta de rigor y fundamentación historiográfica en pasajes decisivos (...) Pero aunque se acumulen objeciones, la lectura del libro deja una impresión imborrable. La ambición, lejos de ser defecto, se convierte en virtud. El proceso de la civilización resulta una obra valiente e imaginativa pero a la vez sólida y compacta, una síntesis creativa que pone algo nuevo en el diagnóstico de nuestra historia y nuestra época").

2.3. Las bases intelectuales de la sociología de Norbert Elias.

En su crítica al Homo Philosophicus, Elias destacaba la insuficiencia de un modelo de conocimiento humano basado substancialmente en la capacidad del propio individuo para generar ese conocimiento; un individuo que posee en sí mismo los recursos que le permiten la comprensión de la realidad. Éste sería, pues, dentro de la filosofía clásica, el arquetipo habitual de sujeto de conocimiento (Nota: Señala textualmente Elias (1987:32-33): "En su función de Homo Philosophicus, el individuo aislado consigue conocimientos sobre el mundo 'fuera de él mismo' y por sus propios medios. No necesita aprender de los demás (...) En la evolución de la humanidad hubieron de pasar muchos miles de años antes de que los hombres aprendiesen a reconocer las relaciones del acontecer natural (.) Pero la 'personalidad cerrada' del Homo Philosophicus percibe cuando es adulto la cadena causal mecánica y regular sin que tenga que aprenderla de los demás, de modo completamente independiente del nivel de conocimientos alcanzado en su sociedad, gracias, aparentemente, a que tiene los ojos abiertos."). El Homo Philosophicus produce conocimiento a partir de sí generando incluso la impresión que dicho conocimiento nace espontáneamente y sin más de la cabeza del individuo (Nota: Afirma Elias al respecto que, desde la óptica del Homo Phisophicus, el conocimiento "brota de la cabeza plenamente armado como Atenas de la cabeza de Zeus". Elias citado en Van Krieken (1998:28-29)). Sorprendentemente, a Elias le alcanza su propia crítica al comportarse como un auténtico Homo Philosophicus desde el momento en que no revela con claridad sus fuentes de inspiración intelectual; no hace fácilmente visibles sus débitos intelectuales (Nota: Cfr. Van Krieken (1998:28-29) para una interpretación convergente). Empero, que no las revele no significa que no las tenga.

Las influencias intelectuales que acusa Elias pueden dividirse en dos grupos. El primer grupo estaría formado por autores clásicos -Hegel, Durkheim, Weber y Freud- a partir de los cuales Elias organiza visiblemente su trabajo. De Hegel toma la idea del cambio social e histórico como proceso no planeado y ciego; de Durkheim se sirve para dar cuenta de los procesos de diferenciación y complejización social; de Weber se fija en su conceptualización del Estado como monopolizador del empleo legítimo de la violencia y de Freud se vale en la caracterización del comportamiento civilizado como comportamiento que ha interiorizado las coacciones externas con objeto de reglamentar sus instintos y pulsiones. Por la envergadura de estos autores y el peso que sus aportaciones suponen en la obra eliasiana los considero 'influencias intelectuales mayores'. El segundo grupo lo integran una serie de autores de menor peso específico en el trabajo de Elias y que aparecen a modo de complemento o apoyo puntual. Hablo, en este caso, de 'influencias intelectuales menores'. No las califico de menores porque cualitativamente sean inferiores a las anteriores sino por su menor presencia en tanto influencias, por su posición secundaria y por el recurso a las mismas en momentos muy concretos.

Restaría consignar la obra de Talcot Parsons como "contraejemplo". Elias dedica largos párrafos a polemizar con la sociología del autor estadounidense denunciando el escaso tratamiento que dispensa a la cuestión del cambio social. Parsons influye sobre Elias en el sentido de que se trata de un "contramodelo sociológico" que el autor alemán intenta superar (Nota: Cfr. Béjar (1993:118) para una interpretación convergente. La autora califica el funcionalismo parsoniano de "contrarreferencia a partir de la cual Elias plantea su sociología figuracional"). No quiere decir que la sociología eliasiana sea, estrictamente, un tipo de sociología construida como "contraimagen" de la parsoniana o que se trate de una "exacta réplica inversa". Se trata de un "contraejemplo" porque Elias no suscribe los principales asertos del enfoque parsoniano y dialoga indirectamente con el autor estadounidense mostrando sus puntos flacos e insuficiencias (Elias, 1987:13-18, 28-30).

De acuerdo con Van Krieken (1998:23-29), son varios los autores que, integrados en el grupo de "influencias intelectuales menores" es preciso distinguir. En El proceso de la civilización aparecen Johan Huizinga (Elias, 1987:549, nota 78; 552, notas 99-106), William Sumner (Elias, 1987:577; nota 160), Charles Judd (Elias, 1987:570; nota 133), Morris Ginsberg (Elias, 1987:548; nota 77) y una colección de artículos de la American Sociological Society editados por Emory Bogardus con el título "Problemas y procesos sociales" (Elias, 1987:569; nota 130).

El retrato que hace Huizinga de la estructura anímica y mental del hombre del medievo le sirve a Elias como punto de partida en su estudio del proceso civilizatorio amén de utilizarlo como punto de contraste con la estructura anímica y mental que se considera civilizada. Se cita también a William Sumner y su obra "Folkways", en la cual se postula la naturaleza histórica y no planeada de los usos y costumbres humanos. Tanto de lo mismo sucede con Charles Judd, quien en "The Psychology of Social Institutions", alerta sobre la necesidad de enfatizar el estudio de las fuerzas sociales que actúan en el curso del desarrollo humano. Morris Ginsberg habla en "Sociology" de la sociedad como red de relaciones sociales, de la plasticidad de la psique humana y su moldeamiento y del carácter no intencional y no planeado del cambio social. Por último, en la compilación de artículos de la American Sociological Society a cargo de Emory Bogardus se encuentran trabajos sobre el concepto de 'proceso social' firmados por George Herbert Mead, Howard Becker, Florian Znaniecki y Pitirim Sorokin. En definitiva, se trata de referencias a pie de página, de extensión relativamente breve, que hacen complicado calibrar la verdadera influencia que pudieron tener sobre Elias cuando pergeña El proceso de la civilización.

Las influencias intelectuales mayores de Elias son Hegel, Durkheim, Weber y Freud. El influjo de Hegel ya ha sido tratado en el apartado en el que se estudiaba la concepción eliasiana del cambio social. Recordar únicamente que Elias retomaba la visión hegeliana del cambio histórico como proceso no intencional y no planeado nacido de las acciones intencionales de los hombres si bien Hegel y Elias emplean diferentes metáforas para caracterizarlo (Nota: Véase el apartado 2.2.).

 

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