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¿Hay que colaborar cuando nos invitan a una fiesta? Echar una mano a los anfitriones. Llevar algo a los anfitriones

Como invitado, salvo excepciones, no es habitual tener que colaborar en la organización de una fiesta o durante su desarrollo

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Un hombre ayuda a poner alimentos en la mesa
Ayudar a los anfitriones. Un hombre ayuda a poner alimentos en la mesa

Colaborar en una fiesta, ¿llevamos algo? ¿Nos ofrecemos a participar en los preparativos?

Cuando un anfitrión organiza una fiesta, una cena o un encuentro similar, lo más común es que se encargue de todos los preparativos. Ahora bien, todo depende del tipo de celebración que quiera hacer.

Si se organiza algo para celebrar con amigos, puede que se dividan las tareas entre todos. Unos se encargan de la bebida, otros de la comida, otros de organizar el espacio y la decoración, otros de la música, etcétera. Si hay algún invitado que no es de tanta confianza, se le puede 'liberar' de esta obligación.

Si se quiere hacer algo más 'serio' con invitados más variados que únicamente amigos, por ejemplo una cena formal en torno a una mesa, entonces puede ser lo más correcto que el anfitrión o anfitriones se encarguen de todo. Los invitados solo tiene que disfrutar de esa cena o encuentro.

En este tipo de encuentros más formales los invitados pueden llevar un detalle para los anfitriones. Pero, a ser posible, nada que pueda hacer que los anfitriones tengan que cambiar alguna cosa de la celebración. Si se lleva algo de comer, es mejor advertirlo a  los anfitriones. Si no hemos avisado, no es de recibo ni educado presentarnos con un plato de comida, un postre o cualquier otro alimento que ponga en un compromiso a los anfitriones.

Salvo en casos de mucha confianza, si queremos ayudar, es mejor esperar a que nos lo pidan los anfitriones. Si no nos los piden, seguro que no lo necesitan. Ofrecer nuestra ayuda sin pedirla, puede no ser del agrado de los anfitriones -pueden pensar que no lo están haciendo bien o que se sienten desbordados-. Además, casi con total seguridad, rechazarán amablemente nuestro ofrecimiento.

Cuando estamos entre amigos, en estos casos, sí es habitual echar una mano a los anfitriones. Al menos, los más cercanos a los anfitriones suelen colaborar en alguna tarea. Aunque tenga que ver con los preparativos, puede que se encarguen de presentar y charlar con los invitados o alguna otra cosa por el estilo.

Cuando todo ha terminado, también se suele preguntar si se ayuda a recoger. Como en los casos, anteriores todo depende del grado de confianza que se tenga con los invitados.

Para terminar, indicar que si se tiene personal de servicio se debe rechazar la ayuda de los invitados. En este caso, tanto los preparativos, el desarrollo y el fin de la celebración será atendido por este personal de servicio.

 

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