Un toque de Protocolo.
Hay dos tipos de regalos que la pareja puede recibir por su boda: de un lado están los muy personales, y del otro están los institucionales.
Como en casi todo lo que rodea a la Familia Real, el enlace del próximo 22 de mayo entre el Príncipe don Felipe y doña Letizia Ortiz no estará exento de protocolo, un protocolo que, aunque no muy estricto, también afecta al tema de los regalos que la pareja ya ha comenzado a recibir con motivo de su boda.
«Hay dos tipos de regalos que la pareja puede recibir por su boda: de un lado están los muy personales, hechos casi siempre por la familia, luego están los institucionales, hechos por otros paises, por políticos o por las diferentes comunidades autónomas», comenta Ricardo de Prado Serrano, asesor de Relaciones Institucionales.
Cuando se trate de un regalo personal, lo usual es que «sea un regalo normal y corriente, sin tener que ser muy valioso, como el que se regalaría en cualquier boda. Son los regalos que suelen hacer los amigos más allegados o las familias», señala de Prado.
Y luego están los regalos institucionales que «por lo general son, o deberían ser, objetos representativos del lugar de origen, una vajilla típica, una cristalería. O incluso cuadros y esculturas que suele ser lo más socorrido si lo hace un artista de la propia comunidad», apunta de Prado.
Las familias de los contrayentes también harán sus regalos como en cualquier otra boda: «Sería normal -comenta de Prado- que la reina le regalase a doña Leticia algún objeto, una joya, que haya pertenecido a la familia durante mucho tiempo, algo tradicional», un obsequio que, de producirse, pasaría a ser propiedad de Letizia Ortiz.
Sin duda una boda de este tipo acarrea multitud de regalos, tantos que, dice de Prado, «muchos de ellos pasarán a engrosar la lista del patrimonio nacional. Si se reciben regalos de mucho valor, y no van dirigidos personalmente a los novios, sino a la institución real, lo más normal es que Zarzuela decida donarlos al patrimonio nacional. Podría ser que después, incluso se hiciese una exposición con algunos de los regalos».
De esta forma cualquier regalo que la pareja reciba con motivo de su boda será bien acogido: «Sería muy raro que devolviesen algo, no suele pasar. Creo que sólo se daría esta posibilidad si recibiesen algo ofensivo o de muy mal gusto», matiza de Prado.
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