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El Rey y el ceremonial de la bebida

En algunas ocasiones tomar una copa de vino no es una tarea nada sencilla si eres un rey

Historias de Reyes y Reinas
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Rey Felipe III
Felipe III. Rey Felipe III

Ceremonial de la copa: Felipe III y el rígido protocolo

Felipe III sobrevivió diez años a su esposa, que había muerto a los veintisiete. El lo hizo a los cuarenta y tres, después de rechazar varios ofrecimientos para volverse a casar.

Según corrió el rumor por las cortes europeas, el rey falleció a causa de la rígida etiqueta de la corte española, de la que para muestra basta un botón: el ceremonial con que el rey se llevaba la copa a los labios es descrito por Rodríguez Villa, citado por Lozoya.

Un complejo ceremonial

El ceremonial era tan complejo como a continuación se detalla:

"El ujier de sala iba a llamar al gentilhombre de boca que le correspondía servir de copero, y acompañados de la guardia, entraban en la cava, donde el sumiller de ella le daba en una mano la copa de su majestad y en la otra la de la salva; después daba al ujier las fuentes, y él llevaba un jarro y una taza grande de salva, donde se colocaba la copa cuando su majestad la pedía. Un ayudante del oficio de la cava llevaba los frascos de vino y agua...

El copero se mantenía un poco apartado del estrado, mirando siempre a su majestad para servirle la copa a la menor seña. En este caso, el copero iba por ella al aparador, donde ya la tenía dispuesta el sumiller de la cava, quien, descubriéndola, daba la salva al médico de semana y al copero, y éste, tornándola a cubrir, la llevaba a su majestad precediéndole los maceros, y el ujier de sala, tomándola en la mano derecha y llevando en la izquierda la taza de salva, con cuya misma mano izquierda quitaba la cubierta de la copa, tomaba la salva y daba a su majestad la copa en su mano, hincando una rodilla en el suelo, teniendo todo el tiempo que su majestad tardaba en beber debajo de la copa la salva, para que, si cayesen gotas, no se mojase el vestido. Acabando éste de beber, volvía el copero a poner la copa en el aparador de donde la había tomado".

¡Y esto cada vez que en la comida el rey tenía ganas de beber un sorbo de agua o de vino!

En el párrafo anterior se utiliza la palabra "salva" tomado como sinónimo de "salvilla" o bandeja de encajaduras para asegurar las copas, tazas, etcétera. Pero la salva era la prueba que se hacía de los manjares servidos a los reyes y grandes señores para asegurarse de que no había veneno en ellos.

 

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