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Beijing (China): Protocolo oriental para una experiencia olímpica.

¿Conoce usted el estilo de vida de este país asiático?, ¿sabe lo que se debe y no hacer en China?

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China es un lugar que preserva costumbres, modales y comportamientos que aún como visitante se deben adoptar.

Por todos lados escuchamos hablar sobre los Juegos Olímpicos de Beijing, que darán inicio el próximo viernes, temas relacionados con las distintas delegaciones participantes, los lugares que no se pueden dejar de visitar, la gastronomía exótica, las mejores ofertas de los hoteles para hospedarse y las sedes olímpicas.

Pero ¿conoce usted el estilo de vida de este país asiático?, ¿sabe lo que se debe y no hacer en China?, si la respuesta es no y es de los afortunados que vivirán la experiencia, tome nota de los tips que le proporcionamos.

En el país más poblado del mundo las tradiciones pesan mucho y a pesar del paso del tiempo, la mayoría de los habitantes las sigue preservando de generación en generación.

Los modales y comportamientos cambian dependiendo de la geografía y las costumbres, entre otros factores.

Antes de comer se toma un vaso de Wang Chao, la bebida tradicional del país, y durante la comida se colocan en la mesa tres vasos: uno grande para el agua, uno mediano para el vino blanco o tinto y el más pequeño para el licor, que generalmente es el Mao-Tai, que se fabrica a base de sorgo. Nunca los pruebe antes que el anfitrión porque es de mala educación. Por cierto, tampoco intente jugar con los palillos al momento de comer, es de mal gusto.

Una de las reglas universales de este país es quitarse los zapatos al entrar a una casa para colocarse unas sandalias que el anfitrión otorga, pero esto no se aplica en lugares públicos, con excepción de unos cuantos restaurantes, así que no lo haga a menos que se lo indiquen.

Para saludar a un nativo solamente estreche su mano, pues ellos sólo saludan con una inclinación hacia adelante en ocasiones sumamente formales.

Al llamar a un mesero o hacerle la parada a un taxi, evite levantar la mano y mover los dedos, ya que para ellos es una seña descortés, mejor flexione los dedos hacia adentro.

Si come en un restaurante es adecuado dejar mínimo 3 por ciento de la cuenta como propina, si quiere verse muy espléndido entonces 15 por ciento estará excelente. Si viaja a bordo de un taxi, no es necesaria la propina, pero no tiene nada de malo si la considera oportuna.

Al llegar al hotel le darán la bienvenida con un saludo, tendrá que documentarse y al final un botones le ayuda a cargar sus maletas hasta su habitación y lo adecuado será que agradezca su servicio con una propina que oscile entre tres y cinco dólares por maleta.

Si alguien le da una tarjeta de presentación no la coloque en la bolsa trasera de su pantalón, pues significará que está por encima de él, mejor colóquela en su cartera y guárdela en alguna bolsa delantera. ¡Ojo! antes de meterla tiene que leerla detenidamente y nunca escribir sobre ella.

Si va de visita a alguno de sus templos deberá quitarse los zapatos y entrar descalzo; no es necesario llevar una vestimenta típica como turista, pero las reglas básicas son no tener descubiertos los hombros, están prohibidos los escotes, las minifaldas y los shorts ya que muestran la piel desnuda.

No se preocupe si no va preparado, a la entrada del lugar le prestarán ropa para cubrirse.

La mayoría de los habitantes de este país rinde culto a Buda, por eso es importante que sepa que al entrar a uno de sus templos nunca se ponga de pie frente a él, ya que estará faltándole al respeto a esta deidad, sólo siéntese en el piso, pero jamás dirija sus pies hacia la imagen.

Listo, ahora ya tiene algunos datos para conocer un poco más el estilo de vida de los habitantes de ese país y si va a las olimpiadas, ya sabrá qué hacer y qué no.

Educa Pekín a sus ciudadanos.

Combinar calcetines blancos con zapatos negros, una extendida tendencia estética en China, es de muy mal gusto, según la exitosa campaña que durante cuatro años ha llevado a cabo Pekín entre su población para extinguir arraigadas costumbres, capaces de torcer el gesto del visitante desprevenido.

Tampoco está bien estrechar la mano durante más de tres segundos cuando conoces a alguien y es necesario saber cuándo deja de ser correcto mirar a los ojos a tu interlocutor durante una conversación, han enseñado las autoridades a los pequineses.

Así pues, Pekín lo ha conseguido, ha desnaturalizado la espontaneidad de sus ciudadanos tras cuatro años de intensas campañas cívicas, que han servido para hacerles ver que escupir en cualquier lugar, como en los ascensores o en los vagones del Metro, es una fechoría.

Al menos si hay que creer a Zheng Mojie, subdirector de la Oficina de la Comisión para la Construcción de la Civilización Espiritual de la Capital, que, citado por el diario "South China Morning Post", se ha mostrado muy satisfecho por los resultados.

"Hemos notado una gran mejoría en las maneras del público en los pasados años", dijo. "El otro día, en mi coche, traté de ver si alguien en la calle estaba escupiendo al suelo. No vi a nadie".

Efectivamente, el esputo gratuito, precedido de una sonora limpieza de garganta y al que los chinos son tan aficionados, está cayendo en desuso en Pekín, como está sucediendo con las peleas frente a las puertas de autobuses y metros por acceder antes que los demás; ahora los pequineses forman filas.

Y es que, según Zheng, se han distribuido folletos explicativos acerca de las normas más básicas de etiqueta en 4.3 millones de hogares y cinco millones de ciudadanos han recibido clases para aprender a comportarse en público, lo que ha tenido su efecto.

Como consecuencia, durante los Juegos Olímpicos será más difícil que antaño dar con transeúntes en pijama en medio de las calles, o con gente con el pantalón arremangado por las rodillas y la camiseta por encima de la barriga.

Una de las normas cívicas de las que no duda Pekín que han sido bien asimiladas por la gente, es la de animar a todos los atletas durante los Juegos Olímpicos, no sólo a los chinos.

La campaña de educación también le dice a las mujeres que vigilen la longitud de su falda, no menos de tres centímetros por debajo de las rodillas en el caso de las mujeres mayores y no demasiado atrevida para las más jóvenes.

Los Juegos Olímpicos de Pekín presentarán al visitante a una sociedad reeducada, cordial y sonriente, incluso en exceso, aunque de momento nadie sabe qué pasará después.

Para aprender.

Algunas palabras básicas se pronuncian:

Hola: ni hao.

Adiós: zai jian.

Gracias: xie xie.

Lo siento: xie zui.

Por favor: qing.

Buenos días: han xuan.

Taxi: chu zhu qi che.

Hotel: bin guan.

Restaurante: fan guan.

Tradiciones ancestrales.

Una de las antiquísimas reglas de China es que dos personas del mismo apellido no pueden contraer nupcias y algunas familias siguen respetando esta creencia.

El día de la celebración más importante de la nación, la llegada del año nuevo, la mujer de la casa cocina un pescado grande que coloca en el centro de la mesa, pero no se puede comer porque representa la prosperidad y fortuna que la familia tendrá durante todo el año.

Al paso de siete años del entierro de una persona, sus huesos son exhumados, durante un ritual, para limpiarlos y purificarlos y después volverlos a enterrar.

 

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