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Recibir visitas. Cómo atender de forma correcta a los invitados

La visitas han pasado de ser una costumbre, principalmente dominical, a un comportamiento más esporádico

Se lee en 5 minutos.

Visita de unos amigos
Hacer y recibir visitas. Visita de unos amigos

Reglas de etiqueta para recibir y atender a las visitas en casa

La costumbre de hacer y recibir visitas

Las visitas son una forma de 'mantener el contacto' de forma presencial con personas cercanas a nosotros -amigos, familiares, compañeros, vecinos, etcétera-. Es una actividad social que no guarda los usos y costumbres que se tenían antaño cuando se hacían prácticamente como una obligación. Quién no recuerda ese domingo o día de fiesta, cuando nos vestían nuestros padres de punta en blanco, para ir a visitar a la familia. Era la visita 'obligada' de todos los domingos. O bien, les tocaba recibir a nuestros padres la consabida visita dominical. La visita era una costumbre totalmente instaurada en nuestra sociedad.

Las visitas, actualmente, ya no son lo que eran antaño. Actualmente, aunque se siguen haciendo -no con la asiduidad que se hacían antes- carecen de cualquier tipo de formalidad, en la mayoría de los casos. Al decir carentes de formalidad, nos referimos en cuanto a los términos generales, es decir, sin tanta ceremonia y sin tener que ir de etiqueta como si fuésemos a una cena de gala. Sencillos y cercanos, pero respetando las reglas de cortesía y mostrando nuestra buena educación.

La evolución de las visitas

Las nuevas costumbres de las familias y, seguramente, la gran oferta de ocio que existe en la actualidad han dado al traste, en gran medida, con este tipo de "entretenimiento social" que suponía el hecho de realizar o recibir visitas. Con todo lo que hemos comentado sobre la menor formalidad de las visitas, no queremos dar a entender que cuando recibamos una visita la podamos recibir en bata o en pijama. Hay cuidar unos mínimos detalles de apariencia, higiene y aspecto personal. No que hay que vestir de gala, pero si de una forma adecuada.

Actualmente, solo se suelen hacer las visitas cuando hay un motivo. Por ejemplo, por una enfermedad, por la llegada de un nuevo miembro a la familia, para ver una reforma hecha en la casa, porque tienen como invitados a unos parientes o amigos de fuera, etcétera. Pero ya no se suelen hacer esas visitas 'obligadas' sin motivo alguno, que únicamente eran una manera de cumplir con un 'deber social', con un compromiso tácitamente adquirido.

Buenos modales para recibir una visita en casa

Actualmente, una visita debe ser anunciada previamente. No es muy correcto ni apropiado hacer o que nos hagan una visita sorpresa. Podemos estar ocupados trabajando, puede que no estemos en casa, podemos estar con otra visita, etcétera.

Cuando tenemos el 'aviso' de una visita, simplemente debemos arreglarnos un poco y ordenar la casa. No hacen falta muchos preparativos. Nada más que oír el sonido del timbre empieza nuestra labor como anfitriones. A continuación ofrecemos algunas sugerencias muy básicas.

1. Curiosear por la mirilla. Cuidado con la mala costumbre de curiosear por la mirilla. La mayoría de las veces la otra parte puede ver o intuir que le están observando por la mirilla. Ya veremos como vienen vestidos, si traen algo, etcétera, cuando abramos la puerta. Pero no es muy correcto ni educado cotillear por la mirilla. Una cosa más, la puerta la debe abrir uno de los adultos de la casa. Nada de dejar que sean los niños los que vayan a abrir la puerta a los invitados.

2. Saludos y presentaciones. Al abrir la puerta hacemos los correspondientes saludos. Si hay algún desconocido o nuevo entre ellos, haremos las presentaciones oportunas. No debemos quedarnos mucho tiempo en la puerta o en el rellano. Debemos hacer pasar a nuestros invitados al interior de la casa lo antes posible.

3. Abrigos y enseres. Como buenos anfitriones, recogeremos sus prendas y accesorios -paraguas, sombrero, etcétera- y los colocaremos en un lugar 'seguro'. Si son amigos o familiares de mucha confianza, ellos mismos pueden dejarlos en un perchero de la entrada o en otra habitación, si es la costumbre que tenemos en casa.

4. Los regalos. Siempre los debemos agradecer -aunque algunos no nos gusten demasiado-. Da lo mismo que sean unas pastas que un detalle para la casa. Siempre los debemos recibir con una buena sonrisa y unas palabras de agradecimiento.

5. Ofrecer algo para tomar. Una de las reglas de oro de un buen anfitrión es atender a sus invitados. Debemos ofrecer si quieren tomar algo de beber y algo de comer -de picar-. Tenemos que ser previsores y tener todo preparado en la cocina. Si nos han avisado con tiempo, habrá un buen surtido de bebidas y de cosas para picar.

6. La conversación. Este es un tema recurrente en cualquier tipo de reunión o encuentro. ¿De qué hablamos? Temas sencillo, por no decir banales, que no lleven a discusiones, enfados o disputas. Cuando hay mucha confianza se puede ser algo más atrevido, e incluso algo más provocador.

7. La despedida. Las visitas no deben alargarse demasiado, salvo que estemos muy a gusto y queramos prolongarla un poco más. En el momento de la despedida agradeceremos la compañía, la visita y reiteramos el agradecimiento por el obsequio -si lo hubo-.

La visita era una costumbre totalmente instaurada en nuestra sociedad

Si es la primera visita que hacen a nuestra casa podemos ofrecernos a enseñarles la casa, aunque por regla general nunca se enseñan ni la cocina, ni los baños.

Si tenemos personal de servicio, este será el encargado de servir, pero no de preguntar. Preguntan los anfitriones de la casa si desean tomar algo. Tampoco se debe abandonar la visita y dejarles solos durante un espacio de tiempo (por corto que sea).

En definitiva, hay que hacerles sentir como si estuviesen en su casa. Y para quedar como un buen anfitrión podemos ampliar la información en el capítulo "Ser un perfecto anfitrión".

 

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