La boca, los labios, los dientes y la lengua. Cortesía y modales
Por cortesía, se debe tener siempre la boca limpia, y para ello conviene lavarla todas las mañanas; pero no se debe hacer en la mesa o delante de otros
La urbanidad y los gestos con la boca, los dientes y la lengua
Aquella urbanidad
La boca no debe estar ni demasiado abierta, ni demasiado cerrada, y, al comer, no tener nunca la boca llena, sino comer con tal moderación que se esté en disposición de poder hablar fácilmente y ser comprendido cuando la ocasión se presente.
Por cortesía, se debe tener siempre la boca limpia, y para ello conviene lavarla todas las mañanas; pero no se debe hacer en la mesa o delante de otros.
La urbanidad no permite tener nada en la boca, prohíbe tener alguna cosa entre los labios, o entre los dientes: por esto no se debe poner la pluma en la boca cuando se escribe, ni flores en ninguna ocasión.
Produce mal efecto apretar mucho los labios, o incluso morderlos, y nunca deben mantenerse entreabiertos; y resulta insoportable el hacer muecas y poner hocicos. La posición que se les debe dar es la de tenerlos siempre juntos uno con otro, suavemente y sin fuerza.
Te puede interesar: Los gestos que se hacen con la lengua (con vídeo)
No sienta bien hacer temblar los labios, ni al hablar ni en ninguna otra ocasión; deben estar siempre cerrados y no moverlos ordinariamente más que para comer o hablar.
Los hay a veces que elevan tanto el labio superior y bajan el inferior que los dientes llegan a aparecer totalmente; este proceder es completamente contrario al decoro que no quiere que se vean nunca los dientes al descubierto, ya que la naturaleza no los ha cubierto de labios sino para esconderlos.
Se debe procurar tener los dientes muy limpios, pues es muy descortés que se vean negros, mugrientos o llenos de suciedad. Por esto es conveniente limpiarlos de cuando en cuando, particularmente por la mañana, después de comer; con todo no debe hacerse en la mesa, delante de todos, lo que sería falta de recato y de respeto.
Evítese servirse de las uñas o de los dedos, o de un cuchillo para limpiarse los dientes: está bien visto hacerlo con un instrumento a propósito, llamado mondadientes, o con un fragmento de pluma cortado al efecto, o con un paño grueso.
Es ignorar en qué consiste la urbanidad el rechinar o crujir los dientes. No hay que apretarlos demasiado al hablar, ni hablar entre dientes, defecto al que, para corregirse, se prestará atención procurando abrir bien la boca al hablar a alguien.
Es gran descortesía tocarse un diente con la uña del pulgar para expresar desdén o desprecio a alguna persona o cosa: es todavía peor decir al hacerlo: me importa un comino.
"No es educado ni correcto sacar la lengua para mofarse o burlarse de otra persona"
Es vergonzoso e indigno de toda persona bien nacida sacar la lengua por desprecio, o para negar lo que otro pide, y es grosero sacarla hasta el borde de los labios y moverla de un lado al otro; no es menos descortés el poner la lengua o el labio inferior, sobre el labio superior para recoger agua o mocos caídos de la nariz para meterlos luego en la boca. A los que tan mal educados son como para caer en esta clase de defectos les conviene servirse de un espejo para corregirse de ellos, ya que, sin duda, no podrán verse hacer cosas tan groseras sin condenarlas.
Está, pues, de acuerdo con la urbanidad el que la lengua permanezca siempre encerrada por los dientes y no salga nunca fuera, ya que es todo el espacio que la naturaleza le ha dado.
-
1472
Aviso Los artículos "históricos" se publican a modo de referencia
Pueden contener conceptos y comportamientos anacrónicos con respecto a la sociedad actual. Protocolo.org no comparte necesariamente este contenido, que se publica, únicamente, a título informativo
Su opinión es importante.
Participe y aporte su visión sobre este artículo, o ayude a otros usuarios con su conocimiento.
-
Por varias décadas la cortesía se considera un cúmulo de normas artificiosas tan obsoletas como el Manual de Carreño
-
Todo el mundo se considera perfectamente educado, es bastante curioso. Y aunque salta a la vista que hay diferencias grandes entre la educación de unos y de otros, da lo mismo.
-
Lo que más contribuye a dar elegancia a una persona y a que sea considerada como persona prudente y educada es el mantener todas las partes de su cuerpo en la posición que la naturaleza o el uso exigen
-
¿Es tan difíícil regalar una sonrisa, una palabra amable, un mínimo de buenas maneras?
-
La costumbre de levantarnos temprano favorece nuestra salud porque nos permite respirar el aire puro de la mañana.
-
La cortesía es una ceremonia, un ritual, y todos los rituales tienen algo de sagrado.
-
La urbanidad exige tenerla limpia, siendo muy vil dejarla llenarse de moco, ya que la nariz es el honor y la belleza del rostro, la parte más aparente de nuestro cuerpo
-
Al retirarnos a nuestro aposento debemos despedirnos cortés y afectuosamente de las personas de nuestra familia y de cualquier otra que pudiera haber en la casa
-
El respeto que se debe al prójimo no permite, al hablar de alguien, golpearse la frente con el extremo del dedo para indicar que es una persona aferrada a su sentir y a su propio juicio
-
Para que los vestidos sean adecuados es preciso que le vayan bien a la persona que los usa y que sean proporcionados a su talla, a su edad y a su condición
-
Es de lamentar que los buenos modales hayan caído en creciente desuso con la precipitación y la impaciencia de la vida moderna
-
La pieza destinada para comer, estará ordinariamente montada con menos aparato que las piezas de recibo