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Ceremonial da la Entronización del Sagrado Corazón en las Familias.

Cuanto más importante y mejor sea la preparación de la ceremonia de la entronización, más abundantes también serán las gracias y las bendiciones derramadas sobre las familias.

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Se elige para la ceremonia de la entronización un día que tenga especial significación para la familia (aniversario de casamiento, por ejemplo) o una fiesta litúrgica apropiada, o toda fecha que permita al sacerdote estar presente, si es posible.

I. Preparación para la entronización.

Cuanto más importante y mejor sea la preparación de la ceremonia de la entronización, más abundantes también serán las gracias y las bendiciones derramadas sobre las familias. Esta preparación puede extenderse a tres días (triduo) o a nueve (novena). Puede consistir en la recitación de las Letanías del Sagrado Corazón, acompañadas, por ejemplo, de la oración siguiente:

Oración preparatoria (durante 9 o 3 días).

Divino Corazón de Jesús, ven a nuestra casa, porque nosotros Te amamos. Entra en ella como antes entraste en la casa de Tus amigos de Caná y de Betania y del publicano Zaqueo. Queremos poner nuestra vida de familia bajo Tu conducción y llevarla en íntima unión contigo.

Sagrado Corazón de Jesús, Tu eres nuestro más fiel amigo. Nadie nos ha amado jamás como Tú. Queremos amarte por los que no Te aman. Como Tú eres nuestro Dios y nuestro Salvador, también eres nuestro Señor y nuestro Rey. Pues si tantos hombres desprecian Tu Reinado, nosotros queremos tenerte en nuestra familia. Tomarás posesión de este hogar donde reservamos un lugar de honor para Ti. Allí establecerás Tu trono.

Haz que el día de Tu entronización en nuestra familia sea para Ti y para nosotros un día de alegría y el principio de una vida de intimidad y de sumisión a Ti. Todos nuestros pensamientos y todas nuestras acciones deben ser acordes con tu santa Ley.

Queremos hacer morir el amor desordenado de nosotros mismos y amar a nuestros semejantes como Tú nos has amado y nos sigues amando siempre.

Viviendo en un mundo que se ha vuelto en gran parte pagano y que no Te conoce más, divino Corazón de Jesús, Te pedimos la presencia de Tu gracia entre nosotros, la caridad de los primeros cristianos, de los apóstoles y de los mártires. Que por este hogar que quiere pertenecerte enteramente, otros hogares se inflamen de Tu caridad y que así, de familia en familia, el universo entero se someta a Tu Reinado.

Corazón Inmaculado de María, perfecto modelo de abnegación a Jesús y de intimidad con El, extiende y fortifica en nuestros corazones y en nuestras familias el reino de la caridad, el reino del Sagrado Corazón de Jesús. Amén.

II. Ceremonial de la entronización.

1. Bendición de la casa o del departamento. (ad libitum).

Si la casa o el departamento no está todavía bendecida, el sacerdote entonces procede primero a su bendición.

V. Adjutorium nostrum in nomine Domini (Nuestro auxilio está en el nombre del Señor).

R. Qui fecit cælum et terram. (Que hizo el cielo y la tierra).

V. Dominus vobiscum. (El Señor esté con vosotros).

R. Et cum spiritu tuo. (Y con tu espíritu).

Oremus:

Benedic Domine, Deus omnipotents, Domum istam: ut sit in ea sanitas, castitas, victoria, virtus, humilitas, bonitas, et mansuetudo, plenitudo legis, et gratiarum actio Deo Patri, et Filio, et Spiritui Sancto; et hæc benedictio maneat super hanc domum et super habitantes in ea nunc et in omnia sæcula sæculorum.

R. Amen.

(Oremos:

Bendecid Señor, Dios Todopoderoso, esta casa: para que resida en ella la salud, la castidad, la prosperidad, la virtud, la humildad y la mansedumbre, la plenitud de la ley y de la acción de gracias a Dios Padre y el Hijo y el Espíritu Santo; y que esta bendición permanezca en esta casa y sobre los que la habitan, ahora y por todos los siglos.

R: Amén).

2. Bendición de la Imagen del Sagrado Corazón.

(Cuando el sacerdote no puede asistir a la ceremonia, se hace bendecir antes la imagen). A la hora fijada para la ceremonia, todos, padres, hijos y también invitados se reúnen en la sala de estar.

El lugar reservado para la imagen del Sagrado Corazón se prepara, en forma de un pequeño altar familiar. La imagen del Sagrado Corazón se arma sobre una mesa cubierta con un mantel y adornada con velas y flores. Se prepara un recipiente con agua bendita. La familia se arrodilla ante la imagen. El sacerdote, revestido de sobrepelliz y de estola, comienza por bendecir la imagen.

V. Adjutorium nostrum in nomine Domini (Nuestro auxilio está en el nombre del Señor.)

R. Qui fecit cælum et terram (Que hizo el cielo y la tierra).

V. Dominus vobiscum (El Señor esté con vosotros).

R. Et cum spiritu tuo (Y con tu espíritu).

Oremus:

Omnipotents sempiterne Deus, qui Sanctorum tuorum imagines sculpi aut pingi non reprobas, ut quotis illas oculis corporis intuemur, toties eorum actus et sanctitatem ad imitandum memoriæ ocultis meditemur hanc quæsumus, Imaginem (seu sculpturam) in honorem et memoriam Sacratissimi Cordis Unigeniti Filii tiu Domini nostri Jesu Christi adaptatam, benedicere et sanctificare digneris; et præsta, ut quicumque coram illa Cor Sacratissimum Unigeniti Filii tui suppliciter colere et honorare studuerit, illus meritis et obtentu, a te gratiam in præsenti, et æternam gloriam obtineat in futurum. Per Christum Dominum nostrum.

R. Amen.

(Oremos:

Dios Omnipotente y Eterno, que no desapruebas ver que esculpamos o pintemos imágenes de Tus Santos, porque cada vez que las vemos con los ojos del cuerpo, meditamos sobre su santidad y sus actos con los ojos de la memoria; dígnate bendecir y santificar, Te lo pedimos, esta imagen (o escultura) preparada en honor y memoria del Santísimo Corazón de Tu Hijo Unigénito, Nuestro Señor Jesucristo; y concede a quienes se esfuercen en honrar y adorar suplicantes este Santísimo Corazón de Tu Hijo Unigénito, por su intercesión y sus méritos obtengan la gracia en la vida presente y la gloria eterna en el futuro. Por Cristo Nuestro Señor.

R. Amén).

Luego, el sacerdote rocía con agua bendita la imagen.

3. Recitación del Credo.

Luego de la bendición, para rendir un testimonio explícito de la fe de la familia, todos recitan de pie, en alta voz, el Símbolo de los Apóstoles.

Creo en Dios Padre Todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra...

4. Sermón del sacerdote.

El sacerdote recuerda:

- la profunda significación de la entronización.

- la vida cristiana de sumisión, de confianza y de amor que el Sagrado Corazón espera de las familias que le rinden este homenaje;

- las bendiciones especiales y sobrenaturales de que son objeto si ellas son fieles a sus compromisos;

- el gran deber de la familia de renovar frecuentemente la consagración como oración familiar, con preferencia durante la oración de la noche en común.

5. Acto de Consagración de la Familia al Sagrado Corazón.

Esta formula, aprobada por San Pío X el 19 de mayo de 1908, es la requerida para ganar las indulgencias, y no puede ser modificada. La reza de rodillas el sacerdote y la familia. Cuando el sacerdote no está presente, será dirigida por el jefe de familia.

Sagrado Corazón de Jesús, Tú que has manifestado a Santa Margarita el deseo de reinar sobre las familias cristianas, venimos hoy a proclamar Tu Reinado más absoluto sobre la nuestra. Queremos vivir en delante de Tu vida, queremos hacer florecer en nuestro corazón, las virtudes por las cuales Tú has prometido la paz aquí abajo, queremos arrojar lejos de nosotros, el espíritu mundano que Tú has maldecido.

Tú reinarás sobre nuestras inteligencias, por la sencillez de nuestra fe. Tú reinarás sobre nuestros corazones, por el amor sin reserva, que se consumirá por Ti, y del que nosotros mantendremos la llama, con la recepción frecuente de Tu divina Eucaristía.

Dígnate, divino Corazón, presidir nuestras reuniones, bendecir nuestras empresas espirituales y temporales, alejar nuestras inquietudes, santificar nuestras alegrías, aliviar nuestras penas.

Si alguno de entre nosotros tiene la desgracia de afligirte, recuérdale, Corazón de Jesús, que Tú eres bueno y misericordioso para con el pecador penitente. Y cuando llegue la hora de la separación, cuando la muerte venga a traer duelo en medio de nosotros, estaremos todos, los que parten y los que quedan, sometidos a Tus decretos eternos. Nos consolaremos con el pensamiento, que llegará un día en el cual la familia, reunida en el Cielo, podrá cantar eternamente, Tus glorias y Tus beneficios.

Corazón Inmaculado de María, glorioso Patriarca San José, dígnense presentar esta consagración, y nosotros recordarla todos los días de nuestra vida. ¡Viva el Corazón de Jesús, nuestro Rey y nuestro Padre!

La oración siguiente, de uso primitivo, puede ser recitada en otras Ocasiones.

Señor Jesús, dígnate visitar esta casa en compañía de Tu Santa Madre, y derrama, sobre los dichosos habitantes de este hogar, las gracias que Tu has prometido a las familias especialmente consagradas a Tu divino Corazón. Tu mismo, Salvador del mundo, que Te revelaste a Tu sierva Santa Margarita María, has pedido, con un fin misericordioso, un solemne homenaje de amor universal a Tu divino Corazón, que ha amado tanto a los hombres y que tan poco fue amado.

Esta familia se dispone responder a Tu llamado, y en reparación del abandono y de la apostasía de tantas almas viene, Divino Corazón a proclamarte amado soberano, y consagrarte sin vuelta las alegrías, los trabajos y las tristezas, el presente y el futuro de este hogar, que quiere en adelante pertenecer sólo a Ti.

Bendice pues a los que están aquí presentes; bendice también a los que, por la voluntad del Cielo, la muerte nos ha arrebatado; bendice, Jesús, a los ausentes. En nombre de la Virgen María, te suplicamos, Corazón lleno de amor, Te dignes establecer en esta casa el reinado de la Caridad.

Derrama en todos sus miembros Tu espíritu de fe. de santidad y de pureza. Sé el único Maestro de estas almas, sepáralas del mundo y de sus locas vanidades.

Abre, Señor, la adorable herida de Tu Corazón tan misericordioso; y como un Arca de Salvación, guárdalos a todos, pues ellos son tuyos hasta la Vida eterna.

Que siempre viva amado, bendecido y glorificado entre nosotros el Corazón triunfante de Jesús. Amén.

6. Oración por los difuntos y los ausentes de la familia.

Nadie debe faltar al hogar en este día tan solemne, en esta hora bendita; evoquemos el recuerdo y la presencia de los queridos difuntos de la familia, y recemos por ellos, y por los ausentes, un Pater y un Ave.

Padre Nuestro que estás en los cielos, santificado sea Tu nombre,...

Dios te salve, María...

V. Que las almas de nuestros queridos difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz.

R. Amén.

V. Santifica, Señor, a los que se entregan a Tu servicio.

R. Y a todos los que en Ti esperan.

7. Consagración de los niños al Sagrado Corazón de Jesús (ad libitum).

Si los niños están presentes, pueden entonces recitar juntos la oración siguiente:

Sagrado Corazón de Jesús./ Corazón de nuestro mejor Amigo y muy amado Rey./ Tu has levantado Tu trono en esta casa/ para permanecer con nosotros para siempre./ A nosotros, los niños, se aplica tu primer llamado:/ "Dejad que los niños vengan a Mí" has dicho./ Aquí estamos, Sagrado Corazón de Jesús, arrodillados a Tus pies/ y te prometemos ser en adelante/ tan obedientes y respetuosos como has sido/ cerca de tus santos padres/ en la casita de Nazaret,/ a fin de crecer en piedad y en sabiduría como en edad.

Corazón muy amado de Jesús,/ Tú quieres también poseer nuestros corazones,/ pues dices:/ "Mi hijo, dame tu corazón",/ Tú quieres permanecer solo en nuestros corazones,/ y nosotros debemos por nuestro amor,/ consolarte/ por todos los que no Te conocen y no quieren amarte./ Mi dulce Jesús, divino Amigo de los niños/recibe nuestro corazón, hazlo puro, santo y dichoso,/ recibe también nuestro cuerpo y nuestra alma con todas sus fuerzas./ Nos consagramos a Ti enteramente y para siempre./ Sé Tu solo nuestro Rey/ todos nuestros pensamientos y nuestras palabras, nuestras acciones y nuestras penas/ Te las consagramos a Ti, nuestro Amigo y nuestro Rey.

¡Todo por Ti, Sagrado Corazón de Jesús!

N.B. En lugar de esta oración, los niños pueden recitar un poema o entonar un canto en honor del Sagrado Corazón.

8. Entronización de la Imagen del Sagrado Corazón.

Luego el jefe de familia, o su representante, coloca la imagen del Sagrado Corazón de Jesús en el lugar de honor a fin de rendir homenaje a la soberanía de amor de Jesucristo en todas partes despreciada.

9. Oración de Acción de Gracias de la familia después del acto de la Entronización.

Toda la familia recita la oración siguiente:

Gloria al Sagrado Corazón de Jesús por la misericordia infinita que El ha dispensado a sus dichosos servidores, los miembros de este hogar, que El ha elegido entre miles, como herencia de amor y santuario de reparación, donde se lo compensará por la ingratitud de los hombres.

Con que piadosa emoción, Jesús, este pequeño rebaño fiel acepta el insigne honor de verte presidir nuestra familia. ¡Cómo Te adora en silencio, y se alegra de verte compartir bajo el mismo techo, las fatigas, las inquietudes y las alegrías inocentes de Tus hijos! No somos dignos, es verdad, de que Tu entres en este humilde techo; pero Tu ya has pronunciado la palabra que nos fortalece, y dado que nos revelaste la belleza de Tu Santísimo Corazón, nuestras almas que tienen sed de Ti, han encontrado en la herida de Tu costado, buen Jesús, las aguas vivas que brotan hasta la vida eterna.

Así pues, arrepentidos y confiados, venimos a entregarnos a Ti, que eres el camino seguro. Permanece entre nosotros, Corazón tres veces santo, pues sentimos la irresistible necesidad de amarte y hacerte amar. Tu eres la zarza ardiente, que debe abrasar al mundo para purificarlo. Sí, que esta casa sea para Ti un asilo tan dulce como el de Betania, donde puedas encontrar descanso cerca de quienes Te aman, que han elegido la mejor parte en la felicidad intima de Tu Corazón. Que esta casa sea, amado Salvador, durante el exilio que Te infligen tus enemigos, un humilde pero hospitalario refugio, semejante a aquel de Egipto. Ven, Señor Jesús, ven, pues aquí, como en Nazaret, se ama con un tierno amor a la Virgen María, esta dulce Madre que Tú mismo nos has dado. Ven a ocupar con Tu dulce presencia los vacíos que la desgracia y la muerte han dejado entre nosotros. Amigo fiel, si Tú hubieses estado aquí en las horas tristes de dolor y de duelo, nuestras lágrimas habrían sido menos amargas, habríamos sentido el bálsamo saludable sobre estas secretas heridas que sólo Tú conoces... Ven, pues ya se acerca para nosotros la tarde angustiosa de los pesares y declina el día fugitivo de nuestra juventud y de nuestras ilusiones. Quédate con nosotros, pues ya se hace tarde y el mundo perverso nos quiere envolver con la sombra de sus negaciones, mientras que nosotros queremos estar junto a Ti, porque sólo Tú eres el Camino, la Verdad y la Vida.

Permíteme escuchar, Jesús, estas palabras de otros tiempos: "porque hoy es necesario que Yo me hospede en tu casa" (S. Lucas XIX, 5).

Sí, Señor, establece aquí Tu morada para que vivamos de Tu amor y con Tu compañía, nosotros que Te proclamamos nuestro Rey, pues no queremos a ningún otro mas que a Ti.

Amado, bendito, glorificado, sea para siempre en este hogar, el Corazón triunfante de Jesús. Venga a nosotros Su Reino. Amén.

Sagrado Corazón de Jesús, venga a nosotros Tu Reino (tres veces).

Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros.

San José, ruega por nosotros.

San Pío X, ruega por nosotros.

Santa Margarita María, ruega por nosotros.

Viva el Sagrado Corazón de Jesús, por los siglos de los siglos. Amén.

10. Homenaje al Corazón Inmaculado de María.

Para agradecer al Corazón de María la gracia de la entronización que Jesús concede por Ella a la familia y para proclamar a esta buena Madre Reina del hogar, se reza o se canta el Salve Regina. Se puede reemplazar, si se desea, con el acto de Consagración.

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia; vida, dulzura.............

V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.

R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Acto de Consagración de la familia al Corazón Inmaculado de María.

Corazón Inmaculado de María, Madre del Corazón de Jesús, Madre y Reina de nuestro hogar, por conformarnos a Tu deseo ardiente, nosotros nos consagramos a Ti y Te suplicamos reinar en nuestra familia.

Reina sobre cada uno de nosotros, y enséñanos como podemos hacer reinar y triunfar el Corazón Sagrado de Tu divino Hijo en nosotros y en nuestro alrededor, como ha reinado y triunfado en Ti y por Ti.

Reina sobre nosotros, Madre bienamada, para que seamos tuyos tanto en la prosperidad como en la adversidad, en la alegría como en la pena, en la salud como en la enfermedad, en la vida y como en la muerte.

Corazón tan compasivo de María, Reina de las Vírgenes, vela sobre nuestros espíritus y sobre nuestros corazones y presérvalos del torrente de orgullo y de impureza por el cual Tú te condueles tan amargamente. Nosotros deseamos reparar los crímenes tan numerosos cometidos contra Jesús y contra Ti. Nosotros queremos convocar sobre nuestro hogar, sobre los hogares de nuestra Patria y del mundo entero, la paz de Cristo en la justicia y en la caridad.

He ahí por qué prometemos imitar Tus virtudes, por la práctica de una vida cristiana, por la comunión frecuente y ferviente, sin tener en cuenta el respeto humano. Nosotros aceptamos, en adelante, los sacrificios que esta vida cristiana nos impone y los ofrecemos al Corazón de Jesús por tu Corazón Inmaculado, en espíritu de reparación y de penitencia. A los Corazones Sagrados de Jesús y de María, amor, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

11. Bendición del sacerdote.

El sacerdote bendice a los asistentes con la fórmula siguiente:

Que la Bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y permanezca para siempre.

El sacerdote y la familia firman el Documento de la Entronización. Este hermoso diploma se conserva con los recuerdos de familia, o enmarcado se coloca cerca del Sagrado Corazón.

III. Renovación de la consagración de la familia al Sagrado Corazón.

Rezar cada día en común, si fuese posible, la consagración breve que sigue a continuación:

Acto de Renovación de la Consagración.

(200 días de indulgencia una vez al día cuando la familia reunida recita esta oración, Cardenal Mercier, 16 de enero de 1913).

Dulcísimo Salvador, arrodillados humildemente a Tus pies, renovamos la consagración de nuestra familia a Tu divino Corazón. Sé hoy nuestro Rey; tenemos en Ti plena confianza; que Tu espíritu impregne nuestros pensamientos, nuestros deseos, nuestras palabras y nuestras obras; bendice nuestras empresas; toma parte en nuestros juegos, en nuestras pruebas, en nuestros trabajos; concédenos el conocerte mejor, el amarte más, el servirte sin desfallecer. Que de un extremo al otro de la tierra resuene esta exclamación: "¡Que sea amado, bendito y glorificado hoy y siempre el Corazón triunfante de Jesús!". Amén.

 

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