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Llegada del Embajador a Roma. Entrega a Su Santidad de las Cartas Credenciales. III.

La forma de las invitaciones para esta recepción es la misma que se emplea para las recepciones ordinarias.

Guía de Protocolo Diplomático
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La forma de las invitaciones para esta recepción es la misma que se emplea para las recepciones ordinarias.

"L'Ambassadeur d'Espagne près le Saint Siège prie ...... de lui faire l'honneur de venir passer la soirée chez lui, le Mercredi 19 Avril à 10 heures".

Los Embajadores ven amenudo a Su Santidad en audiencias privadas, bien para entregar cartas de los Soberanos, o para despedirse cuando se van con licencia, o para presentarse a su regreso. Pero además, hay dos solemnidades dentro del año, en que no sólo los Embajadores, sino todo el Cuerpo Diplomático, es invitado por Su Santidad. Estas solemnidades son las fiestas de Navidad y el aniversario de la coronación del Pontífice.

Para estas recepciones, la Santa Sede, pasa una nota al Decano del Cuerpo Diplomático, participándole que durante tres días, cuyas fechas se indican, el Santo Padre recibirá en audiencia privada a los Jefes y al personal de las Misiones acreditadas cerca del Vaticano. El Decano a su vez da traslado de esta comunicación a los Jefes de Misión, que se ponen de acuerdo para escoger uno de los tres días indicados.

El día designado, el Embajador, el personal de la Embajada y los dos Gentiles-hombres, en coches de gran gala o de media gala, según se haya convenido, van al Vaticano, siendo recibidos en la primera puerta (del lado de la Zecca) por la Guardia suiza que forma y presenta las armas, lo mismo que en la gran antecámara; los Gendarmes, la Guardia Palatina y la Guardia Noble forma como ya hemos dicho al hablar de la audiencia solemne.

En la Cámara pontificia reciben al Embajador, Monseñor Maestro de Cámará, los Camareros secretos y los Caballeros de Capa y Espada de S.S. que están de servicio.

Cuando el Santo Padre llama, entra solo el Embajador a ver a Su Santidad, y después que le ha hecho sentar a su lado, y han hablado de las negociaciones y de la política del país que representa, previo el permiso del Pontifico, entra el personal de la Embajada, arrodillándose tres veces, como siempre, y besando el anillo de Su Santidad, que recibe en pie, y dirige una corta alocución a los presentes, que el Jefe ha presentado uno a uno al entrar.

Al salir, vuelven a arrodillarse tres veces, después de haber besado de nuevo el anillo, si ha lugar, es decir, si el Papa los despide uno a uno; y el Embajador y su séquito, al que vuelven a incorporarse los Gentiles-hombres que se han quedado en la sala de la Condesa Matilde, suben a ver al Cardenal Secretario de Estado, que los recibe con el mismo ceremonial que la primera vez.

Después de estas audiencias no se va a San Pedro, porque la visita a la Basílica no se verifica más que el día de la entrega de Credenciales.

Los Secretarios y Agregados de las Misiones acreditados cerca de la Santa Sede, cuando llegan a Roma, son recibidos por Su Santidad en audiencia privada.

Para esto, el Jefe de la Misión, pide oficialmente al Cardenal Secretario de Estado, una audiencia para el Secretario o Agregado recien llegado. Otorgada ésta, el agraciado va de uniforme al Vaticano, con la anticipación que marca la cortesía, y debe ir en un coche de dos caballos, porque no se permite la entrada por el patio de San Dámaso (Corte d'ondre) sino a los coches particulares de tronco.

El Maestro de Cámara le hace esperar hasta que Su Santidad llama. El Secretario o Agregado se debe arrodillar tres veces, una en la puerta de entrada, otra antes de llegar a donde está el Pontífice, y la tercera a los pies del Papa, al que besará el anillo; levantándose después para hablar con S.S., esperando a que le dirija la palabra para contestar, y no despidiéndose hasta que S.S. le haya dado la bendición, con la que suele darpor terminadas las audiencias.

Entonces se volverá a arrodillar y a besar el anillo, y haciendo otras dos genuflexiones más, saldrá del salón, procurando no volver nunca la espalda a S.S.

Terminada la presentación a S.S., subirá a presentarse al Cardenal Secretario de Estado, al que no besará el anillo, limitándose a observar las fórmulas de etiqueta que se usan ordinariamente con un Ministro de Negocios Extranjeros; aguardando, como se hace con todos los personajes, a que él de por terminada la entrevista para retirarse.

Al día siguiente debe inscribirse en los libros del Cardenal Secretario de Estado y del Cardenal Decano, y si lo hubiere, del Cardenal pariente de S.S., y dejará tarjetas a Monseñor Maestro de Cámara, Monseñor Mayordomo y Monseñor Prefecto de las Sagradas Ceremonias, así como a los Caballeros de Capa y Espada que hubiese conocido en la antecámara pontificia.

Después, como en todas las Cortes, hará su visita por tarjeta a todo el Cuerpo Diplomático acreditado cerca de Su Santidad, enviando a los Jefes de Misión su tarjeta acompañada con otra de su Jefe que llevará las iniciales P.P. (pour presenter).

Las señoras del Cuerpo Diplomático son presentadas a Su Santidad por sus respectivos maridos, previa la concesión de la audiencia que se pide oportunamente al efecto. Algunas veces, en ocasiones solemnes, la Señora del Decano pide audiencia colectiva para presentar todas las señoras a S.S.

Tanto para las audiencias pontificias, como para todos los actos de etiqueta de la Corte y las ceremonias religiosas, el traje de las señoras debe ser vestido alto y velo, ambos negros.

 

Nota
  • 10924

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